Un estudio realizado por la Universidad de York, Reino Unido y del que participaron científicos del Centro de Investigaciones del Medioambiente del Conicet y la Universidad de La Plata determinó que existe alta contaminación por fármacos en el Río Matanza-Riachuelo, entre ellos cafeína, paracetamol y una droga utilizada en tratamientos de pacientes con diabetes.
El trabajo, cuyas conclusiones fueron recientemente publicadas en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), buscó medir el grado de polución por medicamentos en los cuerpos de agua del mundo.
Así, se descubrió que hay 258 ríos contaminados por compuestos farmacológicos en todo el planeta, entre los que se encuentran el Amazonas en Brasil, el Támesis en Inglaterra, el Misisipi en Estados Unidos y el Riachuelo en Argentina.
En la Argentina, se tomaron muestras ad hoc de diez puntos a lo largo del Río Matanza-Riachuelo y se detectaron 23 de los 61 fármacos buscados, entre los cuales la cafeína, la metformina –un medicamento para pacientes con diabetes tipo 2- y el paracetamol presentaron las concentraciones más altas, superiores a un microgramo por litro (1µg/L).
Pedro Carriquiriborde, investigador del Conicet y uno de los autores del trabajo junto con Macarena Rojo, detalló que ellos propusieron los sitios a nivel local y tomaron las muestras, hicieron un procesamiento previo y luego las enviaron para culminar su análisis en la Universidad de York.
«La intención era aplicar un método estandarizado con el mismo equipo para hacer más precisa la comparación de las concentraciones obtenidas en diferentes lugares», explicó.
Las conclusiones publicadas aseguran que la contaminación por fármacos en ambientes acuáticos es una realidad preocupante en todos los continentes, y que sus niveles están aumentados en aquellos países cuya situación socioeconómica es más desfavorable.
En un comunicado de prensa, el Conicet detalló que «la misma correlación se observa con respecto a las regiones con alta pobreza y desempleo» y añadió que «los sitios que registran una mayor polución en sus aguas son a su vez los que menos se han estudiado, y entre ellos se destacan el África subsahariana, Sudamérica y ciertas áreas del sur de Asia».
El reporte añade también que las principales actividades asociadas a este tipo de contaminación incluyen el vertido de basura y del contenido de pozos sépticos a lo largo de las riberas de los ríos, una inadecuada infraestructura de aguas residuales y la industria farmacéutica propiamente dicha.
«Este y otros trabajos que hemos realizado muestran que la situación cambia en las diferentes regiones en función de las costumbres, la conectividad, los fármacos comercializados y los sistemas de tratamiento, y en este sentido los países de ingresos medios y bajos son los que evidencian los niveles más altos», expresó Rojo.
En cuanto a los fármacos de mayor relevancia en Argentina, los especialistas platenses mencionan a la cafeína y al ibuprofeno por su potencial riesgo para las algas; la carbamazepina y el etinilestradiol para los invertebrados; y el atenolol, etinilestradiol, enalapril, ibuprofeno, indometacina y paracetamol por el peligro que suponen para los peces.
Dado que Sudamérica aparece como una de las regiones más contaminadas a la vez que menos estudiadas, Carriquiriborde expresó que «la situación de Argentina es semejante a la de otros países de Latinoamérica, con problemas de conectividad a la red cloacal y sistemas de tratamiento ineficientes o muy básicos».
«Si bien en los últimos años se han construido nuevas plantas, por ejemplo en el conurbano, queda mucho por hacer, y este tipo de investigaciones sirven para otorgarle valor a las inversiones que se realizan en el sector», añadió.
Los responsables del estudio científico esperan que el aumento del monitoreo de residuos farmacéuticos en el medio ambiente permita desarrollar estrategias para limitar los efectos potenciales de la presencia de estos y otros productos perjudiciales.