El presidente del partido político Unidad Popular (UP) y precandidato a presidente de la nación del Frente de Todos (FdT), Claudio Lozano, destacó «algunas de propuestas económicas, sociales y políticas» del espacio que lidera para discutir en un programa de gobierno 2023-2027, tal como pidió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en su carta de ayer.
En un comunicado enviado en las últimas horas, Lozano planteó -entre otras cosas- la necesidad de instalar un «Ingreso Básico Universal para toda la población entre 18 y 65 años que se encuentra en situación de precariedad laboral», «reemplazar los planes Progresar y Potenciar Trabajo por un nuevo Salario Social de Empleo y Formación» y la «creación de un área de Economía Pública y Social donde coexistirían el Estado, las experiencias cooperativas, la economía popular y sus organizaciones, la pequeña y mediana empresa para impulsar las inversiones sociales necesarias».
Además, propuso «repoblar el territorio argentino, terminando con los conurbanos invivibles, garantizando la construcción de ciudades sustentables con un cinturón verde asociado a las prácticas de soberanía alimentaria y con energías limpias» y «reducir la jornada laboral que involucre al 30% de la población laboral que trabaja hoy más de 45 horas semanales y garantizando, a través del cumplimiento de las 8 horas de trabajo, que se creen 700.000 puestos de trabajo».
Lozano recordó que en el texto publicado en las redes sociales de la vicepresidenta en la que volvió a expresar que no será candidata presidencial, «Cristina Fernández remarcó que resulta imprescindible la construcción de un programa de gobierno que vuelva a enamorar a los argentinos y las argentinas, y convencerlos de que un país mejor no sólo es posible sino que, además, es deseable».
«En el marco de lo planteado en la carta de Cristina, aportamos para el debate del programa de gobierno que necesita el Frente de Todos, algunas propuestas económicas, sociales y políticas, volviendo a situar además en el centro de la política pública la disputa por la redistribución de los ingresos y la riqueza», planteó.
Rechazó «la idea de que hay que pensar el futuro congelando el actual esquema productivo», destacó la necesidad de «una política de redistribución de la riqueza y los ingresos» y ponderó «la economía popular no como una economía de la pobreza ni de subsistencia, sino como una forma de organización de la producción que debe ser inscripta en el marco de una nueva estrategia de desarrollo».
Propuso «democratizar la institucionalidad sobre la base de una mayor participación directa y semidirecta de la población», «terminar con el endeudamiento perpetuo y recuperar autonomía en la decisión de la política económica» y «disciplinar el capital concentrado regulando la lógica que se impuso en el marco de las políticas neoliberales, lógica caracterizada por el endeudamiento, la acumulación financiera, la fuga de capitales, la desinversión, la demanda permanente de subsidios para sus propias actividades más dinámicas y la resistencia permanente a la tributación».
Así, pidió llevar a cabo un replanteo fiscal «eliminando exenciones y subsidios y avanzando en una estrategia de fuerte y radical reforma tributaria con orientación progresiva, son parte de la agenda de políticas que deben rodear cualquier intento de redistribución de la riqueza».
A la vez, destacó la necesidad de «discutir los cambios en la jornada laboral, reduciendo la sobre jornada que involucra hoy al 30% de la población laboral que trabaja más de 45 horas semanales y garantizando, a través del cumplimiento de las 8 horas de trabajo, que se creen 700.000 puestos de trabajo».
«Planteamos también la necesidad de socializar la renta, la ventaja, el excedente y la ganancia asociada al cambio tecnológico», continuó y subrayó la idea de hacer un «Seguro de Empleo y Formación que permita combinar la reducción del tiempo de trabajo con el aumento de los tiempos de formación de los trabajadores».
El titular de UP consideró que se debe «garantizar la libertad y la democracia sindical, para que los trabajadores vuelvan a ser dueños de sus organizaciones» y analizó que «Argentina puede salir de ese horizonte del ajuste permanente que parece preanunciar el conjunto de las fuerzas políticas mayoritarias».
«Hay que renovar la política, hay que modificar la manera de gobernar, hay que pensar nuevos instrumentos de política pública para hacer posible un futuro distinto para el conjunto de los argentinos. Este es un humilde aporte al debate que necesita la Argentina», cerró.