Mantener una buena hidratación, consumir frutas y verduras, usar ropa liviana y permanecer en lugares ventilados son los mejores tips para evitar que las temperaturas extremas que se esperan en gran parte del país afecten la salud de las personas.
Para evitar un golpe de calor en lugares cerrados como casas, espacios de trabajo u otros, se recomienda tomar agua con mayor frecuencia, aun cuando no se sienta sed; evitar bebidas con cafeína o con azúcar en exceso, muy frías o muy calientes; consumir frutas y verduras, evitar las comidas abundantes; y evitar la actividad física intensa.
Se debe ofrecer a niños continuamente líquidos, preferentemente agua o jugos naturales» y para los lactantes, «se aconseja darles el pecho de manera más frecuente».
Además, es recomendable «que vistan ropa holgada, liviana, de algodón y de colores claros», «mantenerlos en lugares bien ventilados o con aire acondicionado», a la vez que se aconsejó «bañarlos y mojarles el cuerpo con frecuencia».
También se destaca la importancia de «prestar atención a signos de alerta como sed intensa y sequedad en la boca, temperatura mayor a 39 grados, sudoración excesiva, sensación de calor sofocante, piel seca, agotamiento, mareos o desmayo, dolores de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos, dolores de cabeza, entre otros».
En lo que respecta a los bebés, «asegurarse que la piel no se encuentre muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal».
Se debe, a la vez, «evitar la exposición directa al sol en los horarios de mayor temperatura (de 10 a 16)», además de «utilizar protección solar, mantenerse hidratado y consumir agua segura con mayor frecuencia».
En cuanto a la alimentación, se sugiere «mantener en la heladera aquellos alimentos frescos y que puedan echarse a perder debido al calor».
Si el alimento fresco perdió la cadena de frío, tiene olor, color o textura anormales debe ser descartados», mientras que «los alimentos que pueden estar fuera de la heladera deben mantenerse en lugares limpios y frescos.
Los alimentos perecederos (incluidos la carne, el pollo, el pescado, los huevos y las sobras) que hayan estado por dos horas o más fuera del frío deberán ser desechados, así como todos los comestibles enlatados cuyos envases estén abiertos, dañados o inflados.