Los niños y las personas mayores son los más vulnerables a los golpes de calor provocados por la exposición prolongada a altas temperaturas, por lo que se recomienda estar atentos a los síntomas y asistir al médico si se detecta fiebre, dolores de cabeza, enrojecimiento y sequedad de la piel, desorientación o pérdida de conocimiento, entre otros.
El golpe de calor es una forma grave de lesión por calor y la temperatura del cuerpo puede alcanzar los 40° C o más, según el Ministerio de Salud.
En tanto, el agotamiento por calor, que es un estadio previo al golpe de calor, se reconoce porque la persona puede sufrir sudoración excesiva, sed intensa y sequedad en la boca, calambres musculares, agotamiento o debilidad, dolores de estómago o de cabeza, inapetencia, náuseas o vómitos, irritabilidad y mareos o desmayos.
En los bebés puede verse la piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal.
Es importante estar atentos a esos síntomas para evitar llegar al golpe de calor cuando la temperatura del cuerpo alcanza los 39 o 40 grados, la piel se enrojece y seca por falta de sudoración, se acelera la respiración y la frecuencia cardíaca y se intensifica el dolor de cabeza.
Además, pueden producirse mareos, vértigo, desorientación, delirios y confusión o pérdida de conocimiento, y en algunos casos inclusive sufrir convulsiones.
Las personas más vulnerables a los golpes de calor son los menores de 5 años y más aún los bebés de menos de doce meses, y los niños con enfermedades crónicas, obesidad o desnutrición, y los adultos mayores.
La prevención en los más pequeños requiere una buena hidratación y alimentación, ofrecer abundante agua y jugos naturales durante todo el día y evitar las bebidas con cafeína y alto contenido de azúcar, además de las comidas pesadas. En el caso de los lactantes, se recomienda dar el pecho con mayor frecuencia.
Los especialistas aconsejan reducir la actividad física especialmente en los horarios de mayor calor, permanecer en lugares ventilados y frescos, vestirse con ropa holgada y liviana, y no exponerse al sol directo entre las 10 y las 16 horas, y nunca antes de cumplir el año de vida.
Por otro lado, no permanecer con niños o personas mayores dentro de un vehículo estacionado y cerrado.
En el caso de los jóvenes y adolescentes, la recomendación frente a las altas temperatura es que no consuman bebidas alcohólicas, evitar las actividades deportivas exigentes, sentarse y descansar en caso de sentir mareos o fatiga y mantenerse hidratados y con una alimentación liviana.
Cuando se está frente a un cuadro de posible golpe de calor, se debe llamar de inmediato a un servicio de emergencia o dirigirse al centro de salud más cercano, y no administrar medicamentos antifebriles ni friccionar la piel con alcohol porque puede causar una intoxicación, advierte la cartera de Salud.
Los niños deben ser llevados a un lugar fresco y ventilado, si es posible con aire acondicionado frío, se les debe quitar la ropa y enfriarlos mojando con agua fría todo el cuerpo, además de darles de beber abundante agua fresca.