La exvicepresidenta declaró como testigo ante los jueces Tribunal Oral Federal N° 6, Sabrina Namer, Adrián Grunberg e Ignacio Fornari. Estuvo acompañada solo por los abogados que la representan y una comitiva política chica. La mayoría de los dirigentes la espera en el Instituto Patria, donde se concentrarán diferentes dirigentes del kirchnerismo para ejecutar un gesto de respaldo en el medio del proceso judicial. El de mayor relevancia, por el contexto político actual, es el gobernador bonaerense, Axel Kicillof.
En el inicio del juicio oral, el autor material del intento de magnicidio, Fernando Sabag Montiel, dijo que su intención era matarla y que su ex pareja, Brenda Uliarte, quería que eso ocurriera.
Sabag Montiel, Uliarte y Nicolás Carrizo son los tres acusados del intento de homicidio y son juzgados por el delito de tentativa de homicidio doblemente calificado por alevosía, y el concurso premeditado de dos o más personas, agravado por el uso de arma de fuego.
La ex presidenta afirmó que «no se dio cuenta» que le habían gatillado y que fue informada del intento de asesinato cuando el hecho ya se había consumado y Fernando Sabag Montiel, el principal imputado, ya había sido detenido por las personas de seguridad que la custodiaban.
Asimismo, sostuvo que «hoy sería imposible de hacer un golpe de estado a la vieja usanza» pero que «hay otros modos» para desplazar a las personas «que están en contra» de ciertas políticas.
Por otro lado, señaló que «si no hay una articulación con los medios hegemónicos y el poder judicial, que es el poder económico concentrado», estas situaciones no podrían suceder.
«Los que nos oponemos a esa entrega (del país) nos quieren eliminar con un tiro o con una sentencia, como tituló Clarín: ‘el tiro no salió pero la sentencia sí’. Hay una sociedad muy compleja a la que le han alterado la psiquis», indicó.
Además, resaltó que «cuando uno ve a las personas que han sido elegidas para representar a los argentinos decir lo que dicen en los medios es preocupante» y señaló que «quienes gobiernan se parecen a quienes son gobernados» porque «si no, estaríamos en frente a una anomalía».
Para finalizar señaló que, si bien estaban ante los autores materiales de su intento de magnicidio, «faltan los autores intelectuales y los financiadores». Asimismo, sostuvo que estos no tienen deudas con ella, por haber sido la víctima, «sino con la democracia y la política sigue siendo una herramienta para cambiar la sociedad y no para estigmatizar ni para matar a nadie».