El color de los ojos viene predeterminado por los genes, no solo de los padres sino también del resto de los familiares del árbol genealógico, por lo que no siempre se hereda de manera sistemática de padres a hijos el mismo color de ojos. Genética y probabilidades son los que influyen en el color que tendrá el bebé, siendo el color marrón el más común. Sin embargo, sí podemos tratar de predecir las probabilidades de cuál será teniendo en cuenta el color de los ojos de los padres. Eso sí, hay que recordar que, al nacer, los bebés tienen los ojos claros, y solo a partir de las semanas siguientes de vida comenzará a formarse su mirada, al tiempo que progresa el desarrollo de la visión y a definirse los matices del color de los ojos.

Si ambos progenitores tienen los ojos marrones, las posibilidades de que el bebé tenga los ojos azules se reducen mucho, hasta un 20-25%. Si uno de los progenitores tiene los ojos claros y el otro oscuros, las posibilidades de que el bebé tengan los ojos marrones o azules se dividen a partes iguales. Eso sí, en este caso hay que tener en cuenta un dato: el color oscuro se considera, por lo general, un color dominante, mientras que el claro, como los ojos azules es recesivo.

Podemos tratar de predecir el color de los ojos del bebé antes de nacer, o al menos antes de que se defina. Para ello, vamos a recurrir a una sencilla tabla de probabilidades a partir de las posibles combinaciones resultantes teniendo en cuenta el color de los ojos de los progenitores.

Los dos padres tienen los ojos marrones: 75% marrón /18,75% verdes / 6,25% azules
Uno de los padres los tiene verdes y el otro marrón: 50% marrón / 37,5% verdes / 12,5% azules
Uno de los padres los tiene azules y el otro marrón: 50% marrón / 0% verde /50% azules
Los dos padres tienen los ojos verdes: 1% marrón / 75% verdes / 25% azules.
Uno de los padres los tiene verdes y el otro azules: 0% marrón / 50% verdes / 50% azules
Los dos padres los tienen azules: 0% marrón / 1% verdes / 99% azules
De acuerdo a esta tabla, es posible predecir, o al menos intentarlo, el color de los ojos de tus hijos.