Un equipo conformado por investigadores y alumnos de la Facultad de Informática de la Universidad Nacional de La Plata desarrolló un bastón y anteojos inteligentes conformados por sensores de proximidad infrarrojos para facilitar la movilidad, el tránsito y la autonomía de las personas ciegas y disminuidas visuales.
El kit tecnológico permite detectar obstáculos tanto a nivel de la cintura para abajo como hacia arriba, hasta la altura de la cara ya que el sensor incorporado a los anteojos permite reconocer la presencia de obstáculos en altura, como aleros, techos y hasta ramas de árboles.
El sensor del bastón no sólo reconoce objetos a media y baja altura, sino que además cuenta con la capacidad de detectar humedad y advertir sobre la la presencia de charcos y pisos mojados, que podrían significar un riesgo para la movilidad.
Son dispositivos electrónicos que se llevan sobre, debajo o incluido en la ropa y accesorios.
El desarrollo de la Facultad de informática funciona de modo tal que, al detectar un obstáculo, emite una alerta al usuario por medio de sonido y vibración, que puede manifestarse en el mismo bastón o en el teléfono celular a través de una aplicación móvil conectada vía bluetooth.
El software, que está en proceso de desarrollo, es un complemento que genera la comunicación bidireccional entre el dispositivo móvil y el bastón permitiendo configurar algunos parámetros, como la función de habilitar el sonido/vibración/mensajes de alarma o conocer el nivel de la batería.
Ivana Harari, coordinadora del proyecto, sostuvo que «los avances tecnológicos respecto a Internet de las Cosas, como la tecnología ‘wearable’ (vestible) y móvil, se encuentran cada vez más a disposición, por lo que se puede aprovechar para mejorar la calidad de vida de las personas, y más aún de aquellas con problemas visuales y ceguera».
Harari agregó que » este kit es parte de una tecnología que permite la interacción de forma continua con el usuario, sensando su entorno y actuando en función de ello».
También posibilita una comunicación entre los mismos dispositivos, continuó, y «su interacción con una aplicación móvil que incluye una interfaz adaptada, simple y accesible para poder gestionar estos dispositivos y configurarlos en forma autónoma».
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, en 2010 el número estimado de personas con alguna discapacidad visual promediaba los 285 millones, de las cuales 39 millones son ciegas y 246 millones presentan baja visión.
El 90% de las personas con esta discapacidad proviene de países subdesarrollados, con escasa posibilidad de acceso a servicios de prevención, reducción, tratamiento y rehabilitación.