Un equipo de investigadores mendocinos diseñó un dispositivo para recolectar y analizar muestras de agua que permite localizar parásitos resistentes al cloro, apuntando a la prevención y el cuidado en los natatorios.
El desarrollo comenzará a aplicarse esta temporada estival en piletas municipales del departamento de Maipú, cercano a la capital de Mendoza.
Hoy se firmó un convenio entre la Universidad de Cuyo y la Municipalidad de Maipú, que impulsaron en conjunto la investigación, para regular las condiciones del uso del dispositivo y avanzar en su patentamiento, informó la casa de estudios.
El proyecto, que comenzó a evaluarse en 2015, se enfoca en la defensa de la salud pública pues esa tecnología permitirá localizar protozoos y nemátodes y elaborar un programa de prevención y control de transmisión de parasitosis intestinales, informaron.
Las bromatólogas Elena Spadoni, docente e investigadora de Ciencias Agrarias de la Universidad, y Silvana Marchesi, encargada del Laboratorio de Bromatología de la municipalidad de Maipú, encabezaron el equipo que estuvo a cargo del diseño.
Las investigadoras explicaron que algunos parásitos son resistentes a las dosis de cloro que se utilizan en el tratamiento del agua y al ser ingeridos accidentalmente pueden producir parasitosis intestinales que resultan graves para ciertos grupos de riesgos, como los niños.
«En los estudios que han realizado en Europa y Estados Unidos para determinar esos parásitos que resisten al cloro se necesita sacar varios litros de agua de muestras», dijo Spadoni a Télam y señaló que «los métodos convencionales» de «introducir frascos a distintas alturas» no les servían.
La especialista indicó que necesitaban «un equipo transportable para tomar muestras» por lo que decidieron «inventar uno, ya que toda innovación surge de una necesidad».
Los parásitos -resistentes o no al cloro- no están en el agua sino que los lleva «la gente infectada», por lo que ni las personas con problemas de diarrea ni los bebés con pañales deberían ingresar al agua, como medida higiénica para evitar la contaminación, advirtió.
Durante la firma del convenio el rector de la UNCuyo, Daniel Pizzi, dijo que el desarrollo intenta ser un aporte de ambas instituciones a la investigación en el tema de aguas.
El rector valoró que los investigadores puedan dedicarse a resolver temas complejos que sirven para solucionar problemas específicos y concretos de la comunidad.
“Lo que subyace es que el conocimiento se puede hacer práctico y que puede generar emprendimientos, generar trabajo», aseguró Pizzi y afirmó que el proyecto «amerita un resguardo desde el punto de vista de la propiedad intelectual» pues «tiene una altísima probabilidad de avanzar a la escala comercial”.
El secretario de Infraestructuras y Servicios de Maipú, Eduardo Mezzabotta, explicó que el acuerdo cierra etapas de un proyecto que se puso a prueba el verano pasado, con la recolección de datos y la validación del procedimiento para detectar parásitos en el agua, que no se puede hacer por medios físico-químicos ni bacteriológicos.
“Vemos con mucho agrado la firma del convenio, para proceder a su patentamiento y poder ponerlo en funcionamiento de manera oficial para la próxima temporada estival, donde el municipio tiene 6, 7 escuelas de verano con más de 1.000 chicos”, señaló.