El exprecandidato presidencial Juan Grabois planteó hoy desde el Vaticano que el papa Francisco «es el mejor abogado del mundo» para «los pobres y los pueblos pobres», al tiempo que destacó que el pontífice convoca a la participación política «marcando límites claros frente a las propuestas hegemónicas deshumanizantes que niegan la primacía de la dignidad humana sobre los beneficios económicos». «Francisco habla de los pobres explicando su situación y las causas de la misma; Francisco habla con los pobres mirándolos a la cara, evangelizando y enseñando, pero sobre todo escuchando y dejándose evangelizar», planteó Grabois al participar de un simposio sobre los diez años de la exhortación Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio) organizado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del que es miembro. «Francisco habla junto a los pobres en una construcción colectiva con los movimientos populares acompañando luchas y periferias, pero fundamentalmente habla por los pobres, le ha prestado su vos a los pobres», agregó luego Grabois desde la sede del Dicasterio en el barrio Trastevere de Roma. Para el dirigente social, el pontífice «se ha convertido en su abogado, el abogado de los pobres y los pueblos pobres, el mejor abogado del mundo». Durante el simposio del que también participó el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio, Grabois destacó también el llamado del Papa a la participación política. «Nos dice que nos involucremos en política desde luego sin indicarnos ni un partido determinado ni una línea particular de pensamiento, pero marcando límites claros frente a las propuestas hegemónicas deshumanizantes que niegan la primacía de la dignidad humana sobre los beneficios económicos», desarrolló en esa dirección. Según Grabois, en la exhortación de 2013, la primera escrita por Francisco como Papa, el pontífice «nos propone cambiar bienestar por alegría». «Digo un programa de vida porque nos marca pautas existenciales», continuó. «Nunca vi ni a Bergoglio ni a Francisco alineado con ninguna ideología ni Gobierno ni dirigente político», enfatizó luego Grabois, tras trazar una cronología de cómo conoció al actual Papa en Buenos Aires. En ese marco, criticó los «intereses políticos» que jalonaban a uno y otro lado a la figura de Bergoglio. «Las ideologías, entendiendo por el término la idea que sustituye la realidad con una falsa representación, son siempre dispositivos al servicio de intereses particulares», criticó luego, ya que «no captan la realidad para comprenderla ni buscar caminos de transformación al servicio del bien común y de los pobres». En su intervención, el dirigente hizo un llamado a que todos los destinatarios de la exhortación vuelvan a leerla diez años después, incluidos obispos y sacerdotes. Además, agregó «un pedido interesado, porque me toca padecerlo, a los militantes sociales que sufrimos persecución por nuestra opción de vida, por intentar seguir este programa, no nos dejen solos».