Con la sombra de la interna con Axel Kicillof a cuestas, la dos veces presidenta y líder del PJ, Cristina Kirchner, cierra el 2024 enfrentando el desafío de reorganizar al peronismo y configurar un armado político que vuelva a “enamorar” al electorado para disputarle poder al gobierno de Javier Milei en las elecciones legislativas de 2025.

Para llevar a cabo esa tarea, uno de los obstáculos que tendrá que sortear a corto plazo, no sólo la ex mandataria sino el peronismo en su conjunto, es el conflicto entre el kirchnerismo duro y el kicillofismo en la provincia de Buenos Aires.

Si bien aún resta mucho camino por recorrer para recomponer el vínculo entre la ex mandataria y el gobernador bonaerense de cara a los comicios, el presente de esa relación da cuenta de una guerra abierta entre dos facciones que, de intensificarse, amenaza con abrir una grieta dentro del peronismo.

“Axel no participó de la construcción ‘Cristina presidenta’, pero una vez que se definió la cuestión expresó su apoyo a todos los compañeros que integramos la conducción del PJ. Lo veo dentro de este dispositivo”, intentó armonizar el ex jefe de Gabinete Agustín Rossi en diálogo con la Agencia Noticias Argentinas, quien conoce ampliamente a los dos dirigentes en cuestión.

En esa línea, el dirigente del PJ de Santa Fe consideró que el liderazgo de la ex vicepresidenta en el peronismo “va a generar efectos positivos” en el espacio opositor, “porque ordena y es un punto de referencia ineludible».

Sin embargo, la ascendencia de Cristina Kirchner ya no es tan sólida como en otros tiempos y está siendo cuestionada por el gobernador bonaerense y algunos funcionarios provinciales e intendentes, como el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés “Cuervo” Larroque o el jefe comunal de Avellaneda, Jorge Ferraresi.

El desgaste en la relación entre Kicillof y el titular del PJ bonaerense Máximo Kirchner viene de larga data, pero, en el último tramo del 2024, la tensión interna llegó a afectar el vínculo del gobernador provincial con su madrina política, lo que hizo entrar al kirchnerismo en terreno desconocido.

Esta fractura quedó al descubierto luego de la frustrada interna entre Cristina Kirchner y el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, por la conducción institucional del justicialismo, que provocó diferentes posicionamientos y puso de manifiesto un escenario de incertidumbre en la fuerza opositora.

Un síntoma visible de las consecuencias que produjo este enfrentamiento es que, transcurridas dos semanas de la asunción de Fernández de Kirchner en el PJ, no se percibe un clima de euforia en el ánimo de los más cercanos a la ex mandataria.

Incluso, dirigentes camporistas de paladar negro, legisladores e intendentes del cornurbano que suelen escoltar a la ex mandataria, esconden la cabeza ante la consulta por el reciente arribo de su jefa política al PJ y el armado para el año electoral que comienza.

En tanto, aunque algunos referentes cristinistas adoptan una postura cautelosa frente a las crecientes diferencias entre el kirchnerismo duro y la facción que se encuadra detrás de Kicillof, otros ya empezaron a apuntar en duros términos contra el gobernador de la provincia más poblada del país.

“El partido eligió una conducción que es Cristina y me consta que ella intentó hablar muchas veces con Axel. Él va a tener que zanjar las diferencias y entender. Si no lo entiende, se va a tener que ir del partido y armar uno propio», sentenció el diputado nacional de Unión por la Patria (UxP) Enrique “Paco” Manrique en declaraciones a Radio Splendid.

El mensaje de Cristina Kirchner por año nuevo: «Deseo que en este 2025 que comienza podamos cambiar de rumbo»
Dentro de este panorama complejo, todo indica que el peronismo en su faceta bonaerense tendrá que debatir de cara a los comicios entre una facción “renovadora” liderada por Kicillof y su proyecto de armar un frente propio anti Milei; y los sectores que sostienen que es CFK quien debe establecer la estrategia político-electoral para enfrentar al gobierno libertario.

Por otra parte, la interna con el gobernador bonaerense no parece ser el único escollo para la ex presidenta en su intento de alinear a la tropa de cara a las elecciones, ya que los conflictos dentro del bloque de Unión por la Patria en el Congreso muestran que la influencia del kirchnerismo no tiene tanto alcance en el peronismo del interior del país.

“Estoy esquivando hablar sobre la interna en este momento”, deslizó a NA un importante referente del justicialismo del interior en el parlamento, espacio de poder donde el peronismo empezó a tambalear tras el portazo del diputado santafesino Roberto Mirabella.

Dentro de este escenario y con la carrera por las legislativas en el horizonte, la líder del PJ tendrá que resolver las tensiones internas y reconstruir un liderazgo que está siendo cuestionado por sectores políticos y sindicales que proponen revitalizar el espacio opositor bajo la conducción de Kicillof.

También tendrá la difícil tarea de lograr una síntesis que permita movilizar al electorado con un proyecto que atraiga a los sectores desencantados del oficialismo. Si no lo consigue, el peronismo corre el riesgo de fragmentarse y perder protagonismo frente a un gobierno libertario que busca consolidarse en las elecciones de medio término.

El PJ como instrumento para enfrentar a Milei
Una vez resueltas las internas, el peronismo deberá delinear una estrategia para enfrentar a un gobierno libertario que se fortaleció durante su primer año en el poder y mantiene esperanzados a amplios sectores sociales.

En este sentido, tanto la ex presidenta como la mayoría de los dirigentes que la siguen de cerca coincidieron en la tarea de normalizar el PJ bajo su liderazgo y utilizar esa herramienta como instrumento para enfrentar a la coalición de ultraderecha que propone Milei.

Esto se debió a que la llegada del gobierno liberal no sólo intenta un cambio de modelo económico sino que apunta también a una disputa cultural que convenza a la sociedad de echar por tierra cuestiones arraigadas desde hace décadas, como la necesidad de tener educación y salud pública o los derechos laborales.

“Estamos discutiendo los valores sobre los cuales se construyó la sociedad argentina durante muchísimos años. Ante esta situación, Cristina entendió que hay que dar la batalla desde la presidencia del PJ”, analizó Rossi en diálogo con esta agencia, sobre lo que motivó a la ex mandataria a lanzarse a la conducción del partido.

Además, el ex ministro de Defensa planteó que la Argentina se encuentra ante una situación novedosa, ya que Milei “no viene a distorsionar solamente el Estado, sino que intenta construir una sociedad sobre valores antagónicos a los del peronismo”.

En este contexto, para ser efectiva, la apuesta del PJ bajo la conducción de CFK deberá ofrecer una alternativa disruptiva frente a un proyecto de país que busca redefinir las bases económicas, sociales y culturales de la Argentina.