La ciudad de Buenos Aires tiene entre sus tesoros arquitectónicos unos 200 edificios Art Nouveau, lo que la convierte en una de las urbes del mundo con más construcciones de este estilo, que se han constituido en un atractivo turístico apreciado y buscado por visitantes de diferentes países que los recorren en un circuito especialmente diseñado por el gobierno porteño, y otro diagramado por la Asociación Argentina de Art Nouveau.
Willy Pastrana, presidente de esa asociación, dijo a Télam que todos los martes, jueves y sábados, se realizan recorridos que permiten conocer algunas de esas joyas de la arquitectura, como el Palacio Barolo, la Torre Otto Wolf, y los edificios de Los Lirios y Los Pavos Reales, en los barrios de Balvanera y Almagro, con visitas guiadas auspiciadas por el Ente de Turismo de la ciudad de Buenos Aires.
«En las visitas guiadas participan sobre todo turistas extranjeros que vienen a Buenos Aires a ver este arte que en Europa tuvo escuelas en Francia, Italia, España, Bélgica, Alemania y Austria, y que acá -subrayó- se pueden ver todas las escuelas juntas en una sola ciudad».
Pastrana explicó que esta corriente aquitectónica surgida a fines del siglo XIX y principios del XX «que ya es más que centenaria», fue adoptada «por los inmigrantes, ya que las familias tradicionales no lo consideraron apropiado, razón por la cual se encuentran pocos ejemplos de este estilo en el Barrio Norte».
Pero no se trató sólo de edificios, sino que este arte abarcó tapas de libros, vajillas y muebles, como el biombo que se exhibe en la casa de antigüedades Posadas, de Venezuela 565, de fines del siglo XIX, traído de Francia y que sobrevivió en un campo de Entre Ríos hasta su exposición actual, para venderlo a un precio de 18.000 dólares, según precisó el curador Mario Valledor Lastra.
Por su parte, la directora de Ecosistemas y Movilidad Turística de la ciudad, Soraya Chaina, explicó que «todos los primeros viernes de cada mes se realiza, a las 20, una visita guiada gratuita por la Avenida de Mayo, donde el Art Nouveau descolla en el Hotel Chile, junto al Palacio Vera, y alcanza todo su esplendor en el edificio ‘No hay sueños Imposibles’ de Rivadavia 2002, realizado por Eduardo Rodriguez Hortega, seguidor de Antonio Gaudí».
La funcionaria dijo que «en agosto participaron de las visitas guiadas de la ciudad 2.876 personas, con mayoría proveniente de la provincia de Buenos Aires y Córdoba, mientras que los extranjeros llegaron de Brasil, España, Venezuela, Colombia y México. Además están los recorridos autoguiados», detalló.
En la zona del Congreso de la Nación, al 2027 de la avenida Rivadavia, se encuentra el edificio de Los Lirios, y en el 3230 de la misma arteria el Edificio de los Pavos Reales, dos obras contundentes de estilo Arto Nouveau, tanto como el Yacht Club Argentino vecino a la Reserva Ecológica.
Otro de los majestuosos edificios de esta corriente artística se ubica sobre la avenida Belgrano en su intersección con la calle Perú: la Torre Otto Wolf, con impactantes atlantes y gárgolas, que supo ser la sede diplomática del imperio Austro-Húngaro, como quedó inmortalizado en su dos torretas, una representando al Emperador Francisco José y la otra a la Emperatriz Sissi.
Pero hay mucho más de este estilo en Buenos Aires: en la avenida Hipólito Yrigoyen 2568 está el edificio Calise donde la agrupación tiene su museo patrimonial, y el Hotel Savoy, de Callao y Perón, con ornamentación Art Nouveau en sus salones interiores y su confitería.
Pastrana destacó el valor del Palacio Vera de Avenida de Mayo al 600 y valoró la Galería Guemes de la calle Florida, donde existen dos teatros, ambos tomados por el espectáculo Piazolla Tango.
Uno de los edificios más emblemáticos de este estilo es la confitería del Molino, ubicada en la esquina de avenida de Mayo y Rivadavia, inaugurada de forma oficial en 1917, cerrada desde 1997, expropiada, y a la espera de su puesta en valor.
El pasado 25 de mayo desde el edificio Barolo se iluminó con su faro a El Molino como una forma de unir los dos símbolos del Art Nuoveau de Buenos Aires, y como un reclamo simbólico para que comiencen las obras de puesta en valor de la confitería, escenario de la vida social y política del país.
Hasta el momento, el edificio expropiado por ley en 2014 y adquirido en casi 182 millones de pesos por el Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda en 2017, sigue en un estado de abandono a la espera que se le asigne un presupuesto para su restauración.
El próximo viernes 15 de septiembre reclamarán en el Salón Azul del Senado de la Nación para que se lleven a cabo esos trabajos, la Sociedad Central de Arquitectos, el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo, la Universidad Nacional de Tres de Febrero, la Embajada de Italia, la Federación de Comercio e Industria de Buenos Aires, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, y la Asociación Argentina de Art Nouveau.