El Arzobispado de La Plata se puso a disposición de la Justicia para colaborar con el «pleno esclarecimiento» de la denuncia por presunto abuso y corrupción de menores presentada contra un sacerdote que se desempeñó en una escuela católica de la capital bonaerense, al tiempo que recomendó «que no se le encomiende ninguna tarea en colegios o con menores de edad».
Se trata de Raúl Anatoly Sidders, quien fue docente y sacerdote del Colegio San Vicente de Paúl, de La Plata y en mayo último fue trasladado a Misiones, donde aguarda ser nombrado capellán del Escuadrón XIII de Gendarmería Nacional en Puerto Iguazú.
En un comunicado, el arzobispo Víctor Fernández aseguró que respalda la investigación desarrollada por la fiscalía y que «evitará emitir opiniones públicas, que pueden ser consideradas como una injerencia indebida».
Además, según se indicó en el texto publicado en la página web de la institución, «el Arzobispo ha amonestado y reprendido al presbítero Sidders para que evite todo lenguaje inapropiado, sobre todo ante menores de edad, y particularmente cualquier expresión referida a las mujeres que pueda interpretarse como menosprecio, discriminación o misoginia».
Al mismo tiempo, por prudencia y prevención, y sin emitir juicios prematuros, ha recomendado al Obispo de Puerto Iguazú que no encomiende al presbítero Sidders ninguna tarea en colegios o con menores de edad.
La fiscalía penal de La Plata investiga la denuncia de una joven que se dio a conocer el pasado 20 de agosto.
La denuncia, que quedó a cargo del fiscal Álvaro Garganta, fue presentada por una mujer de 27 años, cuya identidad se resguarda, quien denunció al cura por el delito de abuso sexual agravado cometido contra ella cuando cursaba el nivel primario.
Según la presentación, a la que accedió Télam, los hechos ocurrieron entre el 2004 y el 2007, entre los 11 y los 14 años de la denunciante.