El gobierno anunció hoy que le cambiará el nombre al Centro Cultural Kirchner (CCK), que pasará a llamar “Palacio Libertad”, en una iniciativa que pretende borrar de ese espacio público cualquier referencia al gobierno de Cristina Fernández, durante el cual se inicio y del expresidente en cuyo homenaje fue originalmente bautizado.
La nueva denominación para el CCK, que había comenzado a usar las iniciales para no mencionar a Kirchner durante el gobierno de Mauricio Macri, será efectivizada a través de un decreto que será publicado en las próximas horas en el Boletín Oficial, de acuerdo a lo que le confirmaron fuentes del gobierno nacional al diario Clarín.
Hasta ahora, el único que pareció0 referirse a la medida fue el portavoz presidencial, Manuel Adorni, aunque no en su habitual conferencia de prensa del mediodía, sino en una publicación en X en la que se limitó a escribir: “Palacio Libertad. Fin”, en su habitual estilo. Luego, llegó la confirmación off de récord: se refería al CCK.
En marzo pasado, el propio Adorni habia adelantado en conferencia de prensa la decisión del Gobierno de avanzar en esta modificación: “Se ha decidido finalmente cambiarle el nombre al Centro Cultural Kirchner (CCK), así que dejará de llamarse como tal y efectivamente se le dará paso a un nuevo nombre”.
Aunque el nuevo nombre para el centro cultural será establecido por decreto, luego deberá ser confirmado por el Congreso.
El CCK fue construido en el antiguo Palacio de Correo e inaugurado en 2015, durante el último gobierno de Cristina Kirchner. Con más de 100.000 metros cuadrados de superficie y dotado de tecnología de vanguardia, el espacio de su tipo más grande de América Latina y el tercero a nivel mundial, junto al Centro Pompidou, de París; el Foro Internacional de Tokio; y el Lincoln Center, de Nueva York.
Las quejas por haberlo bautizado con el nombre del expresidente-fallecido al momento de su apertura y que no fue la primera opción, ya que al inicio se llamó “Del Bicentenario”- vienen desde tiempo atrás, pero durante la administración de Javier Milei su director, el productor Leonardo Cifelli avanzó con medidas concretas.
Cuando fue escenario de la asunción de Milei, quitaron una estatua de Kirchner que originalmente estaba colocada en la sede de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), en Quito, terminó por estos días en un polideportivo de Quilmes. Después, taparon una placa que con los nombres de funcionarios ligados a su realización,q ue culimó en 2015. Allí figuraban Cristina Fernández de Kirchner junto a julio De Vido, en su carácter de ministro de Planificación Federal. Luego, la placa se completa con Teresa Parodi, entonces ministra de Cultura, y, finalmente, José López, el recordado hombre de los bolsos en el convento, que en aquel momento estaba a cargo de la Secretaria de Obras Públicas.
Es parte de una serie acciones que comprenden al CCK pero van mucho más allá, que en el gobierno de Milei describen como “deskirchnerización”, un término en el que resuena la “desnazificación” que llevaron adelante las fuerzas aliadas después de la Segunda Guerra Mundial para borrar todo vestigio cultural e institucional del nazismo de Alemania y el resto de los países europeos y asiáticos que habían integrado el Eje.
Si el Congreso lo confirma, el Palacio Libertad será el segundo edifico público con ese nombre en la Ciudad Autónoma: ya se llama de ese modo la sede de la Armada Argentina.
La inauguración original dl vistoso edificio se produjo en septiembre de 1928, durante el gobierno del presidente Marcelo T. de Alvear. Unos setenta años después, ya en 1997, fue declarado Monumento Histórico Nacional.