El decreto de necesidad y urgencia (DNU) para desregular la economía emitido esta semana por el Gobierno de Javier Milei generó cruces entre los antiguos socios de Juntos por el Cambio (JxC), desde donde coinciden con el espíritu de las medidas pero cuestionan el formato elegido para llevarlas adelante.
Como coalición política, JxC dejó de existir en la práctica y sus antiguos integrantes están dispersos: algunos, como el caso de Patricia Bullrich o Luis Petri, son integrantes del Gobierno nacional, otros no integran el Poder Ejecutivo pero respaldan las primeras medidas gubernamentales, mientras que la mayoría apunta a que los cambios deberán pasar por el Parlamento.
Una de las disputas políticas hacia el interior de la antigua alianza la generó justamente Bullrich, quien salió a pedir «coherencia» a sus exsocios políticos.
La ministra de Seguridad aseguró que «el país está en urgencia» y que en las elecciones presidenciales ganó «la posibilidad de un cambio rápido».
«Todos aquellos, inclusive muchos del PRO que apoyaron que (Mauricio) Macri dicte estos decretos, ahora dicen que no. Seamos coherentes. El país esta en emergencia», advirtió la funcionaria.
Bullrich sostuvo que «durante dos años de campaña discutimos si shock o gradualismo. Todos dijimos shock, Milei dijo shock, yo también dije shock y gané las PASO», señaló al recordar que se impuso en esa instancia ante Horacio Rodríguez Larreta.
Además sostuvo que «la emergencia es un concepto» y que si la fórmula que encabezaba por JxC hubiera ganado las elecciones hubieran hecho «exactamente lo mismo» porque «el cambio es uno solo y en una sola dirección».
«Si uno va a marcha lenta termina destruido», insistió, cuestionando así las modificaciones «graduales» que se intentaron durante la gestión de Macri.
Fue justamente el expresidente, además de Bullrich, una de las únicas voces en defender sin matices el contenido del decreto presidencial.
«Las medidas anunciadas por el Presidente requieren respaldo total y una prolijidad fiscal de hierro. Por mi parte, quiero dejar en claro públicamente mi apoyo a la desregulación de la economía», argumentó el exmandatario.
Agregó asimismo que se trata de «medidas valientes» en un momento al que calificó como «frágil y amenazante».
También apuntó contra los dirigentes que cuestionan a Milei al indicar que «resulta increíble que nieguen o relativicen la crisis. Me siento obligado a pedirle a todos ellos que actúen con la responsabilidad y grandeza que requiere este momento».
En tanto, todo el resto de lo que en su momento fue JxC coincidió en líneas generales con las medidas que dispuso el decreto, aunque insistieron en que estas nuevas normas deben pasar por el Parlamento.
Con un JxC disuelto en la práctica, ya no hubo, como en el pasado, un pronunciamiento formal desde la coalición, sino que cada integrante se manifestó en forma individual.
Larreta, quien ya comenzó a trabajar políticamente para ser alternativa en las elecciones de 2027, afirmó que «Argentina necesita reformas, pero no por decreto».
«Estoy de acuerdo con muchas de las reformas propuestas, pero no con la manera elegida para llevarlas a cabo. La división de poderes es la pieza central de nuestra República», puntualizó.
Tras pedir que «las cosas se hagan bien», consideró que es necesario evitar «que en cuatro años otro presidente con un DNU similar pueda dar todo marcha atrás».
En la misma sintonía de Larreta, la Mesa Nacional de la UCR fue incluso más dura y remarcó que «ninguna crisis se resuelve avasallando la institucionalidad democrática».
En su estreno como nuevo titular del radicalismo, Martín Lousteau consideró que Milei «debería reemplazar este inválido DNU por una ley espejo que se pueda votar por capítulos, y convocar a extraordinarias para darle tratamiento urgente».
Desde la Coalición Cívica, espacio ya escindido formalmente de lo que fue JxC, su titular, Maximiliano Ferraro, puntualizó que «el dictado de todo DNU es para una situación excepcional. Lo anunciado por el Presidente de la Nación no cumpliría con los requisitos constitucionales del artículo 99º inciso 3º».
«Es por eso que se procederá a la evaluación pormenorizada de cada ley derogada y/o modificada ya que el Presidente, pudiendo llamar a sesiones extraordinarias en el Congreso, optó por arrogarse facultades legislativas», afirmó Ferraro, anunciando también que su partido establecerá un comité, presidido por Elisa Carrió, para analizar posibles violaciones de derechos constitucionales.
Otra de las patas que conformaban JxC, Encuentro Republicano Federal, a través de su titular, Miguel Pichetto, manifestó que Milel «debe gobernar con el Congreso, no contra el Congreso».
Pichetto también advirtió que «las cuestiones de formas y fondo del DNU podrían ser cuestionadas fuertemente ante la Justicia» y agregó que «no está justificada ni la necesidad ni la urgencia» y estimó que el Poder Ejecutivo «podría haber convocado al Congreso a sesiones extraordinarias».
Desde el lado de los gobernadores de JxC se expresaron, entre otros, los mandatarios de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, y de Entre Ríos, Rogelio Frigerio.
En línea con lo manifestado por el radicalismo, Pullaro dijo que es necesario «un acuerdo republicano, donde se respete la división de poderes y se valoren todas las opiniones e instituciones».
En tanto, Frigerio marcó que coincide «con gran parte de las primeras medidas que presentó Milei» porque «en su mayoría son similares a las del programa económico de JxC en la ultima campaña electoral».
Sin embargo, sostuvo que «la discusión y aprobación de estas propuestas en el Congreso le darían más fortaleza y sostenibilidad de cara al futuro y sería una muestra contundente para el mundo que Argentina empieza a dejar atrás decididamente las políticas que nos llevaron al fracaso».