El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la deuda pública mundial superará este año los US$ 100 billones, lo que equivale al 93% del PBI global, y anticipó que la cifra seguirá aumentando durante el resto de la década y rondará el 100% del producto bruto mundial para 2030.
Así lo indica el primer capítulo del informe ‘Monitor Fiscal’, publicado por el organismo multilateral antes de sus reuniones anuales de otoño junto con el Banco Mundial, que se celebrarán la semana próxima en la ciudad de Washington, en Estados Unidos.
Los autores del estudio advierten que es probable que el nivel de deuda pública mundial «sea peor de lo que parece», ya que, si bien se espera que el endeudamiento público se estabilice o disminuya en dos tercios de los países, los niveles de deuda futuros podrían superar las proyecciones, por lo que será necesario realizar ajustes fiscales mucho mayores de los previstos.
El FMI señaló que el discurso político en cuestiones fiscales se ha inclinado cada vez más hacia un aumento del gasto público y la incertidumbre en materia de política fiscal ha aumentado, mientras se incrementan las presiones sobre el gasto para abordar la transición verde, el envejecimiento, la seguridad y otros retos a largo plazo, consignó Europa Press.
Al respecto, señala el informe que los países son cada vez más vulnerables a factores mundiales que afectan a sus costos de endeudamiento, incluidos los efectos transfronterizos de un aumento de la incertidumbre en torno de las políticas en países de importancia sistémica, como Estados Unidos.
Sostienen que el momento actual es adecuado para sanear las cuentas públicas, ya que la inflación se está moderando y se espera que los bancos centrales relajen su política monetaria, y que las economías están en mejores condiciones para absorber el efecto económico del endurecimiento de la política fiscal.
Asimismo, alertan que «cualquier retraso será costoso» y también arriesgado, ya que posponer las medidas de consolidación en países donde se prevé que la deuda siga al alza, como Francia, Italia, Reino Unido y Estados Unidos, «hará que el ajuste necesario sea aún mayor».
Por otra parte, la experiencia demuestra que una deuda elevada y la ausencia de planes fiscales creíbles pueden desencadenar reacciones adversas de los mercados, lo que limitaría el margen de maniobra en caso de turbulencia.