El gobierno de Javier Milei defendió hoy el paquete de medidas económicas anunciadas ayer por el ministro Luis Caputo al señalar que son “necesarias e inevitables para evitar la catástrofe y la hiperinflación”, al tiempo que anunció la elaboración de un “plan de reformas estructurales” que se dará a conocer en las próximas semanas.
El Jefe de Estado llegó a la Casa Rosada desde el hotel Libertador -donde sigue residiendo- para encabezar una nueva reunión de Gabinete mientras que en la sala de conferencias se realizaba la rueda de prensa del portavoz Manuel Adorni.
La reunión de Gabinete en el Salón Eva Perón se prolongó por más de dos horas y sus participaron además de Milei, la vicepresidenta Victoria Villarruel; el jefe de Gabinete, Nicolás Posse; los nueve ministros del equipo; los tres secretarios que dependen de la presidencia y el portavoz Adorni.
El dato de color lo aportó la ex fórmula presidencial de Juntos por el Cambio, los actualmente ministros Patricia Bullrich (Seguridad) y Luis Petri (Defensa), quienes se mostraron dialogando en el histórico balcón que la Casa Rosada tiene sobre la calle Balcarce, llamando la atención de las cámaras apostadas en la Plaza de Mayo.
La reunión se realizó en medio de las primeras reacciones ante las medidas económicas anunciadas ayer por el ministro Luis Caputo, mientras se realizaba una reunión de las autoridades del Banco Central con los principales banqueros del país y a la espera de la reacción de los mercados nacionales e internacionales.
La Casa Rosada, por otra parte, fue visitada por el diputado nacional José Luis Espert (JxC), quien se reunió dos veces con el presidente Milei, y por el titular de ATE Capital, Daniel Catalano, quién se encontró con el ministro del Interior Guillermo Francos.
Mientras el economista presagiaba -a tono con la descripción oficial- «unos meses muy duros», el dirigente sindical se reunió con Francos para solicitar una mesa de diálogo en el que se analicen las medidas ya anunciadas de no renovación de contratos a trabajadores estatales.
Después del mediodía pudo verse ingresar a la casa al flamante titular del Banco Central, Santiago Bausili, y al embajador de los Estados Unidos en Argentina, Marc Stanley.
Más temprano, en la rueda de prensa, el portavoz Adorni anunció que la reducción de subsidios a las tarifas se implementará «a partir del 1 de enero» del año próximo.
«Ese esquema se va a dar a conocer en los próximos días, hay algunas cuestiones que requieren algún tiempo más por las cuestiones operativas, pero entendemos que este esquema de cambio en materia de subsidios va a ser a partir del 1 de enero», estimó.
En cuanto al transporte, la reducción de subsidios, dijo, estará enfocado en asistir a la demanda y no la oferta, como sucede actualmente, eliminando la inequidad entre el AMBA y el interior, y en energía en los servicios de luz y gas.
Adorni adelantó también que en las próximas semanas se va a conocer el «plan de reformas estructurales pensado, diagramado y trazado para los próximos años y que van a cambiar el rumbo de la Argentina».
Respecto a las medidas anunciadas y a las que se irán informando, el portavoz presidencial resumió: «Son necesarias e inevitables».
«Es una paquete de medidas urgentes, que consideramos inevitables para evitar la catástrofe y la hiperinflación. El escenario de hiperinflación es más gravoso que el que existía en 1989 y 1990, cuando el aumento en el costo de la vida llegó a un 3000% anual», explicó.
Al igual que el ministro Caputo, hoy Adorni fue tajante al hacer un diagnóstico de cómo encontró el actual gobierno al país: «Hemos encontrado un paciente en terapia a punto de morirse, y no estamos dispuestos a permitir que ese paciente se muera».
Para alcanzar el déficit cero el Gobierno prevé una mejora en los ingresos a través del Impuesto País, retenciones adicionales para las exportaciones, reversión en la reforma de Ganancias, una moratoria impositiva y un blanqueo de capitales.
Se estima que la suma de estos nuevos ingresos se ubicarán en torno al 2,2% del PBI.
También se anunció el capítulo de reducción de gastos, que se estiman en 2,9% del PBI con intervenciones en jubilaciones y pensiones, transferencias corrientes a provincias, subsidios, gasto de capital, programas sociales con intermediarios y gastos de funcionamiento.
«No se puede gastar más de lo que ingresa. Eso no es negociable porque sabemos que deriva en crisis de deuda o en inflación», dijo el portavoz de Presidencia de la Nación.