El Museo Metropolitano de Nueva York se prepara para hacer en los próximos meses una gran celebración de arte mexicano de vanguardia, de arte antiguo de las Américas, y de su influencia en tiempo y el espacio, según dijo a EFE su director y consejero delegado, Max Hollein.
“La cultura no es una historia lineal ni una calle de un solo sentido, y de eso trata el museo. Esto es lo que el Met va a celebrar aún más, y eso conectará con nuestras diferentes audiencias”, entre ellas la hispana, muy presente en Nueva York -su público clave- y en su plantilla, donde representa “un 17 %”, dice.
El director del Met desde hace seis años concede una entrevista enfocada en la importancia del arte latinoamericano en el museo, caminando con soltura por una sucesión de galerías excepcionalmente vacías en miércoles, día de cierre al público, y donde rebota el eco de los pasos y los saludos del personal.
Durante su liderazgo, Hollein (Viena, 1969), consejero delegado desde hace un año, ha incidido en que el museo debe ser “universal”, ha diversificado la plantilla y ha hecho destacar el “intercambio” entre culturas que alimenta el arte frente al “punto de vista eurocéntrico” habitual en las colecciones.
“En medio de lo que llamamos galerías de pinturas europeas, hay ejemplos sobresalientes de pinturas mexicanas”, señala el director del Met en una sala sobre “las Américas españolas” que ejemplifica ese “entendimiento complejo” del cruce de culturas en siglos pasados.
Las Américas, protagonista en el Met
Las galerías europeas reabrieron a finales de 2023, tras unas obras de cinco años y 150 millones de dólares, y ahora el Met apuntala la transformación de otra importante zona: el ala Michael C. Rockefeller, que volverá en la primavera de 2025 tras un proyecto de casi cuatro años y 70 millones de dólares.
El ala Rockefeller acogerá unos 4.000 objetos en galerías dedicadas al arte antiguo de las Américas, de África y de Oceanía, y a las primeras corresponde “un tercio”, incluyendo artes prehispánicas, fruto de décadas de coleccionismo y de “sólidas relaciones” con todos los países de la región, desgrana Hollein.
“Es un momento que refleja los intercambios, las colaboraciones y la celebración continua del arte mexicano y el arte latinoamericano aquí en el Met y en todas partes”, vaticina sobre ese estreno, para el que no se ha anunciado fecha concreta.
“Me gustaría que se vea como un intercambio tremendamente colegiado, que refleje la erudición de nuestros colegas, especialmente de Latinoamérica”, comenta.
A corto plazo, el museo ultima la exposición Grabados Mexicanos de Vanguardia que abrirá el 12 de septiembre con 130 objetos de su colección, de los siglos XVIII a XX, con artistas emblemáticos como José Guadalupe Posada, Diego Rivera, José Clemente Orozco y Leopoldo Méndez.
El arte de investigar las obras de la región
Hollein muestra un adelanto en una sala para investigadores y señala una pieza del ilustrador nacido en Francia Jean Charlot, iniciador del vasto “repositorio” del Met, y destaca la expresión artística de las obras y su discurso político, que conecta con los tiempos actuales “de activismo y gran división social”.
El museo también ha divulgado planes de exponer a principios de 2025, por separado, más grabados mexicanos que fueron donados por la familia Pinkowitz este año.
El líder del Met asegura que la institución, equilibrada entre “legado” y “evolución”, va en una “buena trayectoria”, y aplaude también la labor de investigación sobre la procedencia de sus obras que realiza un grupo específico de 11 profesionales, el más grande de este tipo en un museo.
Hollein, que ha aludido en el pasado a un pequeño porcentaje de orígenes dudosos entre 1,5 millones de piezas, indica que esa labor abarca objetos de Latinoamérica y sigue “dando resultados”, desde restituciones si se confirma ilegalidad, hasta nueva información sobre las obras, becas o acuerdos con países.
Entre los planes a largo plazo para el Met, Hollein adelanta que en los próximos ocho años se “cambiará, replanteará y reinstalará un cuarto de la colección entera que está a la vista”, y agrega que “la primera gran manifestación de esto será la reapertura del ala Rockefeller”.