En su primera misa como pontífice, celebrada en la Capilla Sixtina, el papa León XIV hizo este viernes un fuerte llamado a la misión evangelizadora en un mundo que, advirtió, intenta reducir a Jesús a un simple líder carismático o a un superhombre, algo que calificó como «un ateísmo de hecho».
Primer papa “de los dos mundos”, estadounidense y también latinoamericano, León XIV lamentó que “en muchos contextos la fe cristiana se considera un absurdo, algo para personas débiles y poco inteligentes, contextos en los que se prefieren otras seguridades distintas a la que ella propone, como la tecnología, el dinero, el éxito, el poder o el placer”.
«Hablamos de ambientes en los que no es fácil testimoniar y anunciar el Evangelio, y donde se ridiculiza a quien cree, se lo obstaculiza y desprecia o, a lo sumo, se le soporta y compadece. Y sin embargo, precisamente por esto, son lugares en los que la misión es más urgente, porque la falta de fe lleva a menudo consigo dramas como la pérdida del sentido de la vida, el olvido de la misericordia, la violación de la dignidad de la persona en sus formas más dramáticas, la crisis de la familia y tantas heridas más que acarrean no poco sufrimiento a nuestra sociedad”, afirmó en italiano.
Durante la ceremonia, celebrada frente al fresco de El Juicio Final de Miguel Ángel, el Papa advirtió: “No faltan tampoco los contextos en los que Jesús, aunque apreciado como hombre, es reducido solamente a una especie de líder carismático o a un superhombre, y esto no sólo entre los no creyentes, sino incluso entre muchos bautizados, que de ese modo terminan viviendo, en este ámbito, un ateísmo de hecho”.
Vestido con sus atuendos blancos y frente a los 133 cardenales que lo eligieron ayer en la cuarta votación del cónclave, el papa Robert Francis Prevost –ahora León XIV– abrió su homilía en inglés agradeciendo la confianza depositada en él. “Fui llamado a llevar una cruz y a ser bendecido con esta misión”, expresó, y pidió a los miembros del colegio cardenalicio que “caminen a su lado”.
Asimismo, convocó a los cardenales –incluidos los mayores de 80 años que no votaron– a dar “testimonio de una fe gozosa en Jesús Salvador”, tanto desde el compromiso individual como desde la vida comunitaria, con el objetivo de “llevar a todos la Buena Noticia”.
Antes de leer su primer sermón como 267º pontífice de la historia, el flamante papa León XIV habló por primera vez en inglés, su lengua materna. Nacido en Chicago, Estados Unidos, en 1955, ayer eligió dirigirse al mundo en italiano y español, aludiendo a su paso pastoral por Chiclayo, Perú, donde fue obispo.

¿Quién es el nuevo papa?

Robert Francis Prevost, misionero agustino de 69 años, fue elegido nuevo papa de la Iglesia Católica y eligió el nombre de León XIV. Con una vida marcada por su compromiso pastoral en América Latina, vivió en Perú en los años 80, donde encabezó la misión de Chulucanas.
Tras un breve regreso a EE.UU., volvió a Perú en 1988 y permaneció en Trujillo hasta 1999. En 2015 obtuvo la nacionalidad peruana.
Hasta ahora era prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, cargos que ocupaba desde enero de 2023. Había sido creado cardenal por Francisco el 30 de septiembre de ese mismo año.
Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago. Hijo de madre de ascendencia española, ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín en 1977 e hizo sus votos solemnes en 1981. Es licenciado en Ciencias Matemáticas por la Universidad de Villanova, tiene una maestría en Divinidad por la Catholic Theological Union y obtuvo una licenciatura y un doctorado magna cum laude en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino en Roma. Su tesis doctoral versó sobre el papel del prior local en su orden religiosa.
En 1987 fue elegido director de vocaciones y misiones de la provincia agustiniana de Illinois, y en 1988 enviado a Trujillo, donde ejerció diversos roles formativos y pastorales. Fue prior, maestro de profesos y vicario judicial, y enseñó Derecho Canónico en el Seminario Mayor “San Carlos y San Marcelo”.
En 2013 regresó a Chicago, pero un año después, el papa Francisco lo designó administrador apostólico de Chiclayo y luego obispo. Fue ordenado el 12 de diciembre, día de Nuestra Señora de Guadalupe. En 2018 fue nombrado vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana.
Ya en Roma, integró la Congregación para el Clero y para los Obispos, y fue administrador apostólico del Callao. En 2023 fue nombrado prefecto del Dicasterio para los Obispos. Integra siete dicasterios vaticanos y la Comisión para el Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano, lo que evidenciaba la confianza de Francisco en su figura.
La fumata blanca surgió de la chimenea de la Capilla Sixtina en el segundo día de cónclave, confirmando que los 133 cardenales habían elegido nuevo papa. Minutos después, el mundo católico fue testigo del tradicional “Habemus papam” desde el balcón de la basílica de San Pedro: el papa número 267 había sido electo.