kicillof Axel Kicillof

El gobernador Axel Kicillof cumple hoy un año al frente del Poder Ejecutivo bonaerense en una gestión que comenzó con los objetivos de recuperar el sector productivo, impulsar el empleo y ordenar las cuentas públicas, pero que a tres meses de asumido debió incorporar otras prioridades para hacer frente a la peor pandemia de la historia global reciente.

«Hoy es para todos nosotros un día muy especial, pero sobre todo muy, pero muy feliz. Es el día en el que vengo a comprometerme ante ustedes, ante los y las bonaerenses, a trabajar sin descansar y con honestidad para reconstruir la provincia de Buenos Aires», dijo Kicillof en su discurso de asunción ante la Asamblea Legislativa el 11 de diciembre del año pasado.

Contra todos los pronósticos, el mandatario se había impuesto en las elecciones por el 52% de los votos por encima de la macrista María Eugenia Vidal y la primera medida que adoptó al asumir fue anular los incrementos tarifarios que su antecesora había previsto para enero e impulsar la emergencia económica, social, productiva y energética, así como en materia de seguridad pública, política y salud penitenciaria; infraestructura, hábitat, vivienda y servicios públicos, administrativa y tecnológica.

En ese momento, también dispuso la adhesión al protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo y creó el Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual.

A días de arribar a la Gobernación, Kicillof además debió atender una huelga de hambre de 15 mil internos en las cárceles bonaerenses, acordar pagos pendientes con proveedores estatales y garantizar los fondos –que no alcanzaban- para pagar salarios y aguinaldos.

Paralelamente, comenzó un proceso de reestructuración de la deuda –que aún no se concluyó- y, en febrero, presentó un plan de auxilio a las pymes de la provincia de Buenos Aires, que incluyó líneas de crédito del Banco Provincia, una moratoria impositiva de ARBA, un régimen de regularización para deudas por infracciones laborales y asistencia para sectores agropecuarios.

En marzo, la llegada de la pandemia de Covid-19, que sumergió al mundo en la recesión económica con un consecuente crecimiento del desempleo y la pobreza, obligó al Gobierno a reorientar rápidamente su hoja de ruta inicial, para poner en marcha un plan de contingencia y evitar el colapso del sistema sanitario.

Así, se invirtieron $17.067.388.000 en equipamiento y elementos de protección personal (se incorporaron 1.500 camas de terapia intensiva y 1000 de intermedia, se compraron 1.221 respiradores, 19.809.344 kits de protección personal, 9.243.600 barbijos N95 y 13.322.769 barbijos descartables).

También, se llevaron a cabo 125 obras hospitalarias por un total de $3.630.000.000; se montaron 216 centros extrahospitalarios con 16.505 camas en 45 municipios; se incorporaron 6.515 nuevos trabajadores; y se nombraron 1.137 residentes a la planta permanente de 83 especialidades.

«En la provincia, a ninguna persona que la necesitó le faltó una cama, un respirador o un médico. No hubo que decidir a quién se le sacaba el respirador», subraya a diario Kicillof para dar cuenta del fortalecimiento del sistema de salud alcanzado en un contexto en que los contagios de coronavirus registran un fuerte descenso tanto en el interior como en el conurbano.

Para contener las consecuencias económicas y sociales de la crisis desatada por el Covid-19, en estos meses de gobierno, el mandatario lanzó medidas impositivas (bonificaciones de hasta el 50% en Ingresos Brutos, planes de pagos especiales, suspensiones de embargos e inhibiciones), de financiamiento a través del Bapro y de asistencia desde las carteras de Producción y Trabajo para ayudar a pymes y comercios afectados en su actividad, complementarias a las que implementó el Gobierno nacional, así como un fondo municipal para la reactivación de la cultura y el turismo con un costo fiscal de $1.500 millones.

Además de realizar obras de refacción en 1.726 escuelas, en un plan que continuará el año próximo, se distribuyeron 13 millones de cuadernillos educativos y se puso en marcha la plataforma Continuamos Estudiando; se lanzó el programa ATR para que los docentes se acerquen a las viviendas de 279 alumnos que tuvieron dificultad en la continuidad pedagógica; y se triplicó la inversión para el Sistema Alimentario Escolar para 1.720.000 chicos con una inversión mensual de 2.880 millones de pesos.

Los peores momentos

Las dos crisis más graves que el gobierno afrontó fueron el reclamo iniciado por un sector de la policía bonaerense para obtener un aumento salarial, que incluyó protestas en distintos puntos de la provincia con toque de sirenas en patrulleros–incluso en la residencia oficial en la que el gobernador vive junto a su familia y la Quinta presidencial de Olivos- y la toma de terrenos en un predio de Guernica, partido de Presidente Perón.

El primer caso se resolvió después de que -a través de un trabajo con el Gobierno nacional- se recupere el 1,8% de coparticipación que percibía la Ciudad desde 2016 por el traspaso de la policía. A partir de ello, Kicillof pudo anunciar un plan de seguridad cuya inversión es de 37.700 millones de pesos y otorgar un aumento salarial a los agentes policiales y una compensación por uniforme e incremento en las horas adicionales.

En tanto, la usurpación en Guernica se solucionó tras un trabajo multidisciplinario de meses encabezado por el ministro de Desarrollo para la Comunidad, Andrés Larroque, que contempló ayuda y asistencia, tras lo cual la administración bonaerense logró que unas 600 familias abandonen voluntariamente el lugar. La justicia dispuso el desalojo de las restantes.

Posteriormente, Kicillof lanzó el Plan Bonaerense de Suelo, Vivienda y Hábitat que prevé la construcción de más de 33 mil viviendas y la delimitación de 91 mil lotes con servicios para resolver el déficit habitacional, con una inversión de más de $ 190.000 millones en los próximos tres años.

Otro hecho que afectó personal e institucionalmente al gobernador fue la desaparición de Facundo Astudillo Castro, ocurrida en abril. El cadáver del joven de 22 años fue hallado desmembrado en agosto en un cangrejal de la localidad bonaerense de General Daniel Cerri y se investiga si la Policía bonaerense tuvo responsabilidad en su fallecimiento.

Tras reunirse con la madre del joven, Kicillof destacó en una entrevista con Télam la necesidad de «dejar actuar a la Justicia», remarcó que su Gobierno será «implacable» en la búsqueda de la verdad y añadió que no va a «encubrir a nadie».

El futuro

En otro orden, en este primer año de gestión, se retomó el diálogo con los gremios, se reabrieron las paritarias y se alcanzó un acuerdo unánime con todos los sindicatos que representan a los 126.209 trabajadores estatales de la Ley 10.430, a los 328.252 docentes y 26.948 trabajadores judiciales; y se pasaron a planta a 15 mil agentes estatales.

Con el triple propósito de atender déficits estructurales, crear empleo y dinamizar la economía a partir del consumo, el gobernador impulsó a través del Ministerio de Infraestructura un plan quinquenal de obra pública que incluye trabajos hidráulicos, viales y de arquitectura, construcción de viviendas, cloacas y agua potable con una inversión de $800.000 millones.

Desde el primer día, Kicillof asumió el desafío de cambiar la lógica histórica de construcción de poder que rigió durante años en la política de la provincia, al no resignar espacios claves del gabinete para los intendentes, ni negociar –hasta el momento, como era tradición- cargos en organismos con la oposición a cambio de la sanción de leyes clave como la Impositiva y el presupuesto, que por estos días discute la Legislatura.

En el Senado bonaerense, Juntos por el Cambio tiene mayoría para trabar tanto los proyectos como los nombramientos en la Justicia o en organismos como el Bapro, motivo por el cual el oficialismo necesita sumar más legisladores en las próximas elecciones si desea garantizarse gobernabilidad en los últimos dos años de mandato.

En ese escenario, el gobernador volvió en las últimas semanas a recorrer los municipios de la provincia, tal como lo hizo durante la campaña electoral, para entregar viviendas e inaugurar obras. Aprovecha esas bajadas al territorio para dialogar con vecinos y medir el pulso social.

Mientras tanto, Kicillof dispuso diferentes protocolos para evitar aglomeraciones que deriven en contagios durante el verano y desplegó un fuerte operativo sanitario y de seguridad para garantizar que el turismo se desarrolle sin inconvenientes.

A un año de haber asumido, todo el esfuerzo del Gobierno bonaerense está puesto de ahora en más en garantizar la vacunación contra el coronavirus para una buena porción de la población, adoptar medidas para contener una eventual segunda ola de contagios y poder retomar los planes que la pandemia “puso en pausa”, como suele decir Kicillof, que se basan fundamentalmente en lograr –“con el Estado como locomotora”- recuperar el tejido productivo y el empleo.