A dos días de cumplirse el 28 aniversario del crimen de José Luis Cabezas, el sobrino del fotógrafo asesinado en 1997 en Pinamar se encontró casualmente con uno de los condenados por el hecho Horacio Braga en un puesto de choripanes que el acusado atendía en la localidad bonaerense de Baradero.
La noticia fue relatada por Gladys Cabezas, la hermana del reportero, quien deploró el hecho de que el imputado se jactaba de haber cometido el crimen.
Hace pocos días, contó, uno de sus hijos se cruzó por casualidad en un recital en Baradero con Braga, uno de los miembros de la banda de Los Horneros detenidos por el crimen de Cabezas.
El joven se acercó a comprar un choripán y tuvo un diálogo con el vendedor, que resultó ser Braga. El asesino, quien ya cumplió su condena, le comentó: «Yo estuve detenido y fui uno de los que mató a Cabezas».
Gladys Cabezas relató que su hijo quedó perplejo y que le contestó «jodeme, era mi tío».
«Era Braga, uno de los horneros, es el mismo que cuando estaba borracho contó que ellos habían matado a Cabezas y por eso los agarraron», aseguró Gladys, y agregó que después de ese encuentro su hijo se fue al recital, y empezó a pensar ‘este tipo fue el que mató a mi tío y cagó a mi familia'».
La hermana del fotógrafo consideró que cuando se comete un homicidio se debe tener una condena ejemplar.