Empresarios reclamaron al sistema educativo un mayor dinamismo para realizar las transformaciones necesarias con el fin de que los estudiantes que egresen, estén adaptados a los «nuevos empleos» que demanda el mercado laboral, mientras desde el Ministerio de Educación porteño aseguran que esos cambios «llevarán tiempo» y que la prioridad es «formar jóvenes que lideren esas transformaciones».
El debate sobre educación y trabajo en un mundo cada vez más tecnológico y que está creando nuevos empleos, tuvo lugar en la «Cumbre Capacitar. Educar para el trabajo 2017» realizada en el Hotel Hilton de la ciudad de Buenos Aires con la asistencia del vicepresidente de la UIA Daniel Funes de Rioja, el subsecretario de Innovación Educativa porteño Daniel Meiriño, empresarios y representantes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
«Uno ve al sistema educativo como una torre de marfil y necesitamos algo más dinámico» aseguró Funes de Rioja quien detalló que en el futuro «habrá empleos, pero debe haber respuestas más dinámicas y más adecuadas» al tiempo que aseguró que lo que se observa en el mundo es «una traslación entre distintos sectores» a medida que avanza la tecnología.
Para Meiriños «pensar en cambios en un lapso de 30 años no es pensar a largo plazo en términos educativos, un chico que entra hoy a la escuela se recibe en 13 o 15 años, se trata de dos ciclos escolares completos, por lo que tenemos que pensar en niveles de cambio para dos generaciones de jóvenes» .
Y se preguntó: «¿Cómo hace una ciudad de Buenos Aires para producir talento?, ¿cómo hace el sistema educativo para saber las habilidades y poder trabajarlas ahora?, en una metrópoli que no tiene una industria propia, no sabemos que nos deparará el destino, sabemos que es incierto, pero hay que adquirir flexibilidad para aprender a aprender, tenemos que formar a los jóvenes que lideren esa transformación».
El empresario Martín Padulla destacó que cuando se habla de que habrá trabajos, «no estamos hablando de empleos como lo eran en la década del 40 del siglo pasado, sino puestos laborales en base al siglo 21, por eso debe haber una transformación lo más dinámica posible y en base a la tecnología».
Citó el ejemplo de Corea del Sur, «un país de 50 millones de habitantes en donde la robotización esta avanzando en las empresas y tienen una tasa de desempleo del 3,5%.Para eso se tomaron 30 años para hacer una revolución en materia educativa y pasaron de 8000 a 20000 dólares per capita».
Por su parte, el director de la OIT Argentina, Pedro Furtado de Oliveira aseguró que en el mundo existe «una crisis del empleo.No sabemos que empleo habrá en el futuro, sólo que las relaciones laborales ya no serán iguales. El eje de las discrepancias es como adaptarse a esas nuevas relaciones laborales sin que los trabajadores pierdan sus derechos básicos».
«No podemos no ver lo que está pasando -apuntó- pero hay que ver como serán las normativas de cada país, ver cada realidad y para eso todos los países tienen que discutir que futuro estamos esperando»
Para Funes de Rioja, Argentina «tiene una ventaja en el contexto regional, hoy aquí un obrero que tiene un trabajo formal ya es clase media, algo que no pasa en otros países y existen recursos humanos calificados, ahora hay que trabajar en función de la tecnología y adaptarnos más rápidamente a los cambios. Argentina tiene capacidad de adaptación, somos sobrevivientes».
En este aspecto criticó la labor de los sindicatos «que deberían poder prepararse para estos cambios que habrá en el mundo laboral, pero tienen poco poder de adaptación y se convirtieron en amortiguadores del conflicto social.Los cambios van a pasar si o si, con o sin los sindicatos que pelean por un puesto de trabajo que no existirá en el futuro».
Padula destacó que «hay algunas empresas que capacitan para estos cambios y otras que no» y añadió «hay que aprender a desaprender para volver a aprender. Hay preguntas que se realizan en muchos foros, por ejemplo si vamos al trabajo 4.0, entonces cual será la adaptación de la educación a la automatización del mercado laboral».
«La relación educación y trabajo no es la ideal y no lo será nunca porque la velocidad con la que se transforma el mundo laboral es enorme. Hay mucho por hacer rápido y en paralelo y otras acciones hay que experimentarlas. Hasta el 2035 habrá en la Argentina mucha población en edad de trabajar que población dependiente y en este contexto algunos empleos serán redefinidos y otros desaparecerán» , subrayó.
Para el subsecretario de innovación educativa porteña «los jóvenes que hoy tienen 20 años y están llamados a ser líderes de estas transformaciones, son muy distintos a los que había cuando nosotros teníamos esa edad. El sistema educativo tiene que tener condiciones para recibirlos» y añadió «hoy se los denomina millenials».
«Nunca antes el sistema educativo argentino albergó a dos generaciones tan distintas como ahora. por eso desde Educación ponemos el eje en la Tecnología y en Programación, con lo cual intentamos cerrar la brecha que hay entre educación y trabajo», destacó el funcionario quien puso el ejemplo de la irrupción del sistema de transporte Uber como el nuevo mundo del trabajo.
«Uber es un ejemplo concreto, la gente necesita trasladarse de un lado a otro y eso este sistema te lo habilita. Uber irrumpió para competir y cambia la tradicional manera de trasladarse que es a través del taxi, por lo que legislar a Uber para favorecer a los taxis es como legislar los e-mails para favorecer a los fax», destacó.