La Organización Mundial del Turismo (OMT) destacó la importancia del compromiso social del enoturismo en la provincia de Mendoza e invitaron a expandir este tipo de iniciativas a todo el mundo, durante el cierre de la II Conferencia Mundial de Turismo Enológico.
En el encuentro, que finalizó anoche en la capital provincial con la presencia de referentes de unos 30 países ligados al mundo del vino, la directora del Programa de Miembros Afiliados de la OMT, Yolanda Perdomo, destacó “el compromiso social” que tiene el enoturismo en la provincia de Mendoza.
La funcionaria invitó “a expandir este tipo de iniciativas a todo el mundo”, mientras resumió como “muy satisfactorio” el evento, “por la concurrencia, la variedad con representación crucial de distintos sectores y por el interés que han despertado las iniciativas de la OMT.
“Me impactó la presencia del binomio Bodega-Arte -dijo-, la calidad de los establecimientos, su decoración y mucha actividad de responsabilidad social con un impacto positivo en la comunidad local».
Por ello, «es muy fácil hacer un proyecto de la OMT aquí, por la propia naturaleza de los mendocinos”, dijo la experta, quien insistió en la importancia de continuar con el desarrollo de actividades para que el turismo enológico sea realmente una actividad sustentable.
En el marco de la cena de cierre de la Conferencia, en una bodega de la capital provincial, Mendoza fue seleccionada por la OMT para aplicar su «Metodología de Prototipos».
Esto permitirá a la provincia posicionarse como referente internacional del turismo del vino a través de diversos proyectos turísticos que mejoren la competitividad en un entorno ético y sostenible.
La Metodología de Prototipos diseña una hoja de ruta basada en una investigación y análisis inicial, incorporando la posibilidad de modelos de gobernanza, productos de desarrollo turístico, estrategias de posicionamiento, de comunicación y de identidad de marca.
Tras el éxito de la primera edición de la Conferencia, el año pasado en la región de Kakheti, en Georgia, Mendoza fue anfitriona ante cientos de asistentes de una treintena de países y mostró sus bellezas naturales al mundo desde el corazón de la vinicultura argentina.
En esta provincia se genera el 70% de la producción de vino de Argentina y alrededor del 85% de las ventas de vino en botella, según datos de la OMT.
«Me impresiona y maravilla la vista de la Cordillera de los Andes. Contrasta el desierto, la aridez de la tierra y las nieves eternas junto a los magníficos viñedos y bodegas», expresó el español Santiago Vivanco, de una familia bodeguera de más de 100 años.
El visitante, a cargo de un museo del vino en su país, destacó de Mendoza, que «su arquitectura y localización también me agradan frente a La Rioja, España, mi tierra”.
Vivanco valoró que en Mendoza “hay mejores ofertas hoteleras y de lujo, mientas que allí (España) carecemos de ellas”, y mencionó a los hoteles boutique de las bodegas, además del «trato exquisito» que brindan.
El bodeguero español planteó «la necesidad de tener una visión holística, para entender el turismo enológico y cómo debe conectarse completamente con el patrimonio material e inmaterial de la zona, con sus recursos naturales, patrimoniales y con la sociedad que la habita».
Todo ello para lograr un turismo sostenible, generador de riqueza y desarrollo a la zona, tema central del encuentro, dado que este es el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo.
Otra profesional que valoró las bondades del enoturismo en la provincia fue la arquitecta mendocina Eliana Bórmida, quien dijo que “es un destino emergente y muy atractivo, por su particular identidad al estar situado en el hemisferio sur, con estaciones opuestas a las del norte, resulta más rico al calendario enoturístico anual del mundo”
Durante su exposición titulada «Mendoza: paisajes, cultura y arquitectura del vino», hizo referencia a la identidad de esta tierra, su patrimonio viñatero y bodeguero.
Todo, en conjunto, señaló «da valor histórico al proceso de desarrollo que llega hasta nuestros días, donde las bodegas son centros de producción, de sociabilidad, de hospitalidad y de afianzamiento y difusión de la cultura del vino”.
Bórmida destacó que este destino está a un paso de otros muy interesantes, que conforman la región andina de Argentina y Chile.
Durante dos días, los participantes compartieron ponencias, experiencias y sesiones de trabajo en establecimientos, con visitas técnicas a bodegas y talleres, para culminar con una sesión interactiva entre los participantes cuyas conclusiones más relevantes serán incorporadas en un documento.