El presidente Alberto Fernández afirmó hoy, al valorar el acuerdo con el FMI, que «entrar en default era salir del partido, que nos sacaran de la cancha, ni a la platea nos mandaran y nos enviaran a volver a entrenar», y destacó que ese arreglo le quita «una limitante al país, le da certezas y permite que en la Argentina se siga invirtiendo, produciendo y generando trabajo».
También volvió a negar condicionamientos del organismo internacional en el desarrollo del país y otras medidas como «tarifazos» en los servicios públicos.
Fernández admitió que la vicepresidenta Cristina Kirchner tiene «una mirada distinta y matices» al respecto pero sostuvo que él «es el Presidente y está convencido de haber tomado el mejor camino».
Y confió en que la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque de diputados nacionales del Frente de Todos no significará una ruptura en el oficialismo. Al respecto dijo que conversó con Kirchner sobre esa renuncia pero «en ningún momento Máximo me habló de rupturas».
Además, Fernández volvió a criticar el funcionamiento de la justicia y de la Corte Suprema y abogó por una recuperación de los salarios.
«Todos los acuerdos comerciales con China, con Rusia, o con cualquier país del mundo estaban prácticamente supeditados al acuerdo con el Fondo. Con lo cual, pudimos sacarnos de encima una limitante que teníamos y darnos certeza para el futuro y generar un horizonte de proyección», dijo el Presidente en una entrevista concedida al canal C5N.
Y agregó: «En este escenario, un default era un problema enorme, era salir del partido. Era como si estuviéramos jugando al fútbol y nos sacaran de la cancha, ni a la platea me mandan y nos mandan para que volvamos a entrenar. Es un problema muy serio por la globalización».
El titular del Ejecutivo consideró que la «lógica de los organismos multilaterales de crédito impone cumplir ciertas reglas» y que si bien no está de acuerdo, lamenta «la decisión que tomó Mauricio Macri» de haber endeudado a la Argentina como la endeudó.
«¿Hay una alternativa a ponerse de acuerdo con el Fondo? No, porque el default no es una alternativa», estimó.
Al ser consultado si habló con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner respecto al acuerdo con el Fondo, el jefe del Ejecutivo Nacional respondió que lo hizo previo a la firma y sabe que «tiene una mirada distinta», con «matices».
«Es así, yo lo sé pero el Presidente soy yo y hay un punto en que tengo que tomar las decisiones y tengo que resolverlo. Estoy convencido que tomamos el mejor camino», evaluó.
Luego insistió en que fue electo como Presidente «para que resuelva problemas» y que el acuerdo con el FMI era «sin dudas» el «mayor problema que tenía la Argentina».
En otro aspecto de la reivindicación de la firma con el Fondo, sostuvo que el crecimiento de industrias como la automotriz tienen cerca de un «45 % de elementos importados» que el país «no está en condiciones de importarlos» si no se hubiera firmado previamente el acuerdo.
El mandatario también recordó que al inicio de las negociaciones, el organismo multilateral de crédito había propuesto una reforma jubilatoria, ajustes en el Estado y flexibilización laboral, demandas que la delegación argentina logró ir «dejándolas de lado con mucha insistencia y mucha convicción».
«Si no hacíamos esto, el riesgo de ajustar la economía en los términos que ellos (FMI) pedían, era un sacrificio muy grande para nuestro pueblo, que además ya venía muy castigado», expresó.
Al destacar que no existen condicionamientos profundos, descartó potenciales aumentos de tarifas: «No hay ningún planteo de tarifazo y el Fondo lo sabe».
Aseveró que los eventuales aumentos «están dentro de lo previsto» y que ya se convocó a audiencias públicas, además de esbozar que el Gobierno está trabajando en un programa de «segmentación» para hacerlo «con mayor justicia» porque en la actualidad «estamos subsidiando a gente rica».
«Soy consciente de que nuestra gente tiene que recuperar el ingreso real y tengo que trabajar para que eso ocurra», añadió.
Asimismo, se mostró en favor de un acuerdo de precios y salarios, pero advirtió que quiere que los sueldos «le ganen a la inflación y para eso tienen que recuperar 20 puntos (perdidos) desde la época de Mauricio Macri».
Al ser consultado por qué cree que el acuerdo pasará la instancia del Legislativo nacional, respondió: «Espero que el Congreso entienda que nosotros tenemos que resolver un problema. De todos los acuerdos, este era el mejor posible y espero que así lo entiendan».
Explicó que la deuda externa y la definición de consensos con el FMI implican «condicionamiento para un montón de créditos que para nosotros son centrales» y de los que «nos quedaríamos colgados si no tuviéramos un acuerdo».
«No es una necesidad del Gobierno de Alberto Fernández, es una necesidad de la Argentina», insistió.
En referencia a las propuestas de investigar el origen y responsabilidades de la toma de la deuda, dijo que él mismo realizó una «denuncia penal que está tramitándose» y que «está la Procuración del Tesoro muy detrás de esa causa», pero que hay «una parte que no depende de la Presidencia».
En cuanto a los tribunales, volvió a considerar que «hay un problema de funcionamiento de la Corte Suprema y nadie tiene que ofenderse porque es un problema de funcionamiento de uno de los poderes de la República» y advirtió que en la Argentina «el principio de inocencia se perdió».
«Cuando hablo de la necesidad de que la Justicia funcione de otro modo lo hago desde la tranquilidad que me da haber sacado a todos los espías de la Justicia, de haber sacado a los operadores de la justicia, de no haber hecho jamás una acción persecutoria contra nadie, habiéndome sometido yo a la justicia cuando fui imputado por un fiscal», describió.
E insistió: «El que habla no ha hecho nada de eso y desmanteló, con la interventora de la AFI Graciela Caamaño, el aparato de espionaje que habían dejado (el Gobierno de Cambiemos) funcionando dentro de la justicia».
Respecto a la movilización del 1 de febrero frente al Palacio de Justicia en la ciudad de Buenos Aires dijo que es una manifestación de un sector de la sociedad que quiere expresar su disconformidad.
Fernández se refirió a la gira que iniciará por Rusia y China, países con los que aseguró que se firmarán importantes acuerdos comerciales y luego estará en Barbados como Presidente pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y para ayudar a resolver los problemas que tiene esa zona del Caribe con el cambio climático, especialmente «la desaparición de islas».