El papa Francisco dijo durante un encuentro con jesuitas en Bélgica que en el último tiempo «las mujeres están entrando en el Vaticano en roles de alta responsabilidad» y continuarán «por este camino» ya que «las cosas están funcionando mejor que antes».
El sumo pontífice participó el sábado pasado de una reunión en el Collège Saint-Michel, una institución educativa católica administrada por la Compañía de Jesús, ubicada en el municipio de Etterbeek, en Bruselas, la capital de Bélgica, en la que habló sobre la situación de las mujeres en el Vaticano y las personas migrantes, entre otros tópicos.
«En este tiempo estoy intentando cada vez más incorporar a las mujeres en el Vaticano en roles de mayor responsabilidad. Y las cosas están cambiando: se ve y se siente», compartió el Papa con los 150 jesuitas de Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos que estaban presentes.
Luego ejemplificó sus dichos con una enumeración de cargos asumidos por mujeres en el Vaticano.
«La vicegobernadora del Estado es una mujer. Además, el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral también tiene como vice a una mujer. En el equipo para la selección de obispos hay tres mujeres. (…) En el Dicasterio para los Religiosos, la vice es una mujer. La vice del Dicasterio de Economía es una mujer», detalló.
«En resumen, las mujeres están entrando en el Vaticano en roles de alta responsabilidad», enfatizó el pontífice argentino, y aclaró: «Continuaremos por este camino. Las cosas están funcionando mejor que antes».
En tanto, en relación al «machismo» y el feminismo», el papa consideró que se trata de «lógicas del mercado».
En otro momento de la conversación, al ser consultado sobre consejos en relación a la situación de cierre de fronteras a la migración en Europa, Francisco consideró que «la Iglesia debe tomarse en serio el trabajo con los migrantes».
«El migrante debe ser recibido, acompañado, promovido e integrado. No debe faltar ninguna de estas cuatro acciones, de lo contrario, es un problema serio. Un migrante que no es integrado acaba mal, pero también termina mal la sociedad en la que se encuentra», sostuvo.
Y concluyó, en relación al tema: «Europa ya no tiene hijos, está envejeciendo. Necesita de los migrantes para renovar la vida. Se ha convertido ya en una cuestión de supervivencia».