El ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan, afirmó hoy que si el sistema de salud se satura, la administración de Axel Kicillof «apretará el botón rojo» para endurecer la cuarentena dispuesta por la pandemia de coronavirus y rechazó que se quiera «dividir a la Ciudad y a la provincia» porque, dijo, se trata de «un solo conglomerado».
Durante una entrevista con Télam, el ministro también expuso que «es ridículo pensar que uno puede dividir jurisdicciones cuando se necesite una cama», analizó que «la situación es preocupante pero está controlada» y subrayó que advierte que hay «autorestricción de un sector grande de la sociedad» en cuanto a la cuarentena.
Télam: ¿Está conforme con lo que se anunció ayer? ¿Se concilió lo que buscaban la provincia y la Ciudad?
Daniel Gollan: Lo más importante era no seguir ampliando actividades. Algunos medios quieren transmitir que la Ciudad está muy bien y el AMBA mal. Es absurdo porque es todo un gran conglomerado. Hoy 1.200 casos en CABA representan cuatro veces y medio más que los del AMBA. Es un gran conglomerado que se comporta epidemiológicamente de forma homogénea. El virus busca expandirse. Hoy CABA tiene 2.000 casos cada 100 mil habitantes; el primer cordón del conurbano tiene 1.000; el segundo, 800 y el tercero va para 600. Se acelera el tiempo de duplicación y nuestro objetivo es detener esa velocidad de crecimiento con tareas de prevención. Quieren dividir la Ciudad y la provincia y no es así: actuamos como un solo conglomerado.
T: ¿Se reciben en una jurisdicción pacientes de la otra?
DG: En la Ciudad el sector prestador privado está totalmente saturado y en el Gran Buenos Aires hay sanatorios que también lo están. Es ridículo pensar que uno puede dividir cuando se necesite una cama. La empresa de medicina privada, la obra social o la gente buscará su cama donde esté de un lado o del otro de la General Paz. Ya tenemos pacientes del PAMI en Esteban Echeverría que son de CABA porque allí no había más lugar. Los hospitales recibirán gente de distritos de su alrededor. Hay que pensar epidemiológicamente.
T: ¿Por qué no se endureció la cuarentena si hay aumento de casos?
DG: Cuando uno toma una decisión, tiene la variable sanitaria y epidemiológica, que obviamente es la más importante pero también hay otras que tienen que ver con la salud. La gente hace mucho que no puede salir a hacer controles sanitarios por la pandemia. Estamos nadando debajo del agua, uno toma un poco de oxígeno y se vuelve a sumergir. Se tienen en cuenta actividades económicas, cuestiones de salud mental. Se tienen en cuenta situaciones y se evalúa en qué momento tendremos que restringir más. Lo que se evaluó esta semana era la necesidad de no abrir más circulación de gente, seguir observando cómo va la evolución del sistema sanitario y cantidad de camas, teniendo el botón rojo en la mano. Si la cosa no se contiene y vemos que se va a saturar el sistema, apretamos el botón rojo. Que la sociedad entienda por qué: porque se van a quedar sin camas muchos de los enfermos. Esa definición no se puede tomar con el 90% del sistema ocupado sino un tanto antes para que impacte luego en la disponibilidad de amas.
T: ¿Cómo califica la situación actual: es grave o está controlada?
DG: La situación es preocupante, pero está controlada. En el AMBA hay un promedio de 62% de camas de terapia intensiva ocupadas.
T: La cantidad de camas en unidades de terapia intensiva ocupadas por pacientes con coronavirus en todo el país se cuadruplicó entre el 30 de mayo y el 30 de julio. ¿Cómo trabajan para evitar el colapso teniendo en cuenta que la posibilidad de incorporar camas y personal no es infinita?
DG: Seguimos agregando camas. Con gran esfuerzo sumamos esta semana tres servicios de terapia intensiva de 10 camas cada una. Veníamos a un promedio de crecimiento de camas entre ingresos y egresos de 10 por día, y esta semana pasamos a 30 diarios. Vamos a seguir ampliando camas, cuidando muchísimo al personal, generando reemplazos rápido y trabajando con la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva en protocolos que permiten optimizar recursos humanos y ampliar la capacidad de respuesta: capacitando personal que es afín a la terapia, como los neumonólogos, para que pueda trabajar como apoyo de terapistas; capacitando a especialistas en terapia intensiva pediátrica para que también puedan manejar pacientes adultos; y ampliando la capacitación de enfermeros con práctica en terapia que pueden llegar a manejar pacientes, siempre supervisados por médicos.
T: ¿Hay un plan para el caso de que se sature el sistema?
DG: Aspiramos a que eso no pase. Vamos a modular la entrada de pacientes, esperar el resultado del suero hiperinmune (de caballos) para evitar que los pacientes lleguen a terapia y seguir trabajando con el plasma. Si llega a darse esa circunstancia, hay un plan de contingencia para que podamos usar lugares de aislamiento extrahospitalario y poder tratar a los pacientes con oxígeno y no con respiradores aliviando las terapias.
T: ¿Cómo se puede interpelar a una sociedad que muestra hartazgo por la cuarentena? ¿Hay margen para dar marcha atrás en caso de ser necesario?
DG: Hay un sector grande de la sociedad que cumple con bastante responsabilidad la cuarentena. El relajamiento se da en sectores que no son los mayoritarios. Me asomo al balcón y la circulación es muchísimo más baja que en tiempos normales. En Villa Azul ocurre lo mismo interbarrialmente. Hay autorestricción de un sector grande de la sociedad. Hay que apelar siempre a la conciencia de la gente, pensando que no somos inmunes. Incluso los jóvenes pueden tener un caso grave y contagiar a seres queridos que pueden fallecer. No quisiera estar en la piel del chico que fue a una fiesta, se contagió, luego le pasó el virus al abuelo y éste falleció. Si hubiera que endurecer, además están los resortes del Estado que se pueden usar. Esperemos no tener que llegar a eso y que podamos modular la curva sin necesidad de endurecer. Pero si hay que endurecer para evitar muertes, se hará.
T: ¿Cree que habrá pico o meseta prolongada?
DG: Pico va a haber el día que hubo más casos y luego bajaron sucesivamente. Puede ser un pico muy alto en un mes o una curva amesetada.