La subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires informó hoy la identificación del cuerpo de Alberto Osvaldo Perego, trabajador del Mercado Regional de la ciudad de La Plata, detenido desaparecido en 1977.
«Es un orgullo para esta gestión dar a conocer la primera identificación de un compañero detenido desaparecido en el marco del convenio firmado el año pasado con los Ministerios de Justicia y Salud para que todos los hospitales bonaerenses sean lugares donde acercar muestras de sangre», expuso el subsecretario de Derechos Humanos bonaerense, Matías Moreno, durante una conferencia de prensa que encabezó en el auditorio Hebe de Bonafini de ese organismo con la presencia de la viceministra de Salud, Alexia Navarro, y familiares de Perego.
Se trata de la primera identificación en el marco del convenio entre el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
Desde el Gobierno se explicó que a través de un convenio para los hospitales públicos provinciales, se tomaron muestras de sangre a familiares de desaparecidos de la última dictadura cívico-militar para su análisis y se compararon con unos 600 restos óseos hallados en fosas comunes e individuales que datan de esa época y aún falta identificar.
En el caso de Perego, la muestra fue tomada a su hijo en el Hospital Interzonal General de Agudos Prof. Dr. Rodolfo Rossi de la ciudad de La Plata, en julio de 2022.
Alberto había nacido el 23 de noviembre de 1952 en Buenos Aires, militante de Juventud Peronista, se había convertido en empleado en el Mercado Regional de La Plata y a la edad de 25 años, fue secuestrado-desaparecido.
La fecha de desaparición data del 11 de octubre de 1977 y, según consta en el certificado de defunción, ello ocurrió en el campo de deportes ubicado en calles 23 y 32 (hoy Estadio Diego Armando Maradona) de la capital bonaerense y no en Temperley, como se creía.
Así, Moreno expuso que «presentar esta primera identificación para nosotros como militantes de derechos humanos es una alegría y un orgullo porque aporta a la política de memoria, verdad y justicia» y destacó que «es un placer trabajar con el EAAF».
Sostuvo que «hay sectores marginales que siguen intentando instalar el negacionismo, pero nosotros respondemos con verdad y con el respeto de los 30 mil compañeros detenidos-desaparecidos».
En tanto Omar, el hijo de Perego, agradeció el trabajo realizado en el Hospital Rossi, expuso que su madre también desapareció y hasta hoy no se supo «nada de ella» y cerró: «Por suerte, se pudo identificar los restos de mi papá y el día del padre podré llevarle una flor».
Luego, el Director de investigación y Memoria, Víctor «Beto» Díaz, puso de relieve que «nunca perdimos la fuerza para esta lucha», destacó se trabajó codo a codo junto a la familia en la búsqueda de Perego y apuntó que «en un encuentro muy íntimo le informamos a Omar por la identificación, nos conmovió estar presentes».
«El EAAF nombró el mayor desarrollo del lado derecho de la parte superior del cuerpo de Alberto. Eso se debía a que él cargaba cajones del mercado regional. Los restos hablan. Estamos homenajeando a un trabajador», describió.
Analizó luego que «en aquel momento, en los barrios había unidades básicas y esos trabajadores no sólo peleaban por un mango más y las condiciones laborales, sino que soñaban con un país mejor».
«Nosotros seguimos soñando con un país mejor por todo lo que nos enseñaron los que vinieron antes», finalizó y advirtió que continuará «la búsqueda incansable por la memoria, la verdad y la justicia».
A su turno, Navarro celebró que los hospitales públicos trabajen «para garantizar la memoria, la verdad y la justicia» y para «fortalecer las políticas de identidad garantizando el acceso para la extracción de muestras».
«Se ponen en discusión muchos derechos. No podemos permitir el retroceso, ni el negacionismo», concluyó.
Por el asesinato de Perego -hasta hoy llamado «Jorge» o «la Chancha»-, de José Curuga y de Adela Fonrouge, el 29 de diciembre de 2016, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2 de La Plata condenó a prisión perpetua a seis exefectivos de la Policía Federal.
En ese juicio también se condenó a los policías por la privación ilegal de la libertad agravado por el uso de violencia en los casos de los militantes montoneros José Libralato y Mauricio Mansilla y las lesiones agravadas por tormento en el caso de Libralato.