En los talleres de la Unidad 30 General Alvear, dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense, medio centenar de privados de libertad trabajan seis por jornada elaborando alrededor de 1.000 pares de alpargatas cada día hábil, los que luego una empresa vende en distintas localidades de la provincia de Buenos Aires.
Las actividades laborales de los internos arrancan a las 8 de la mañana y finalizan a las 14. En la fábrica instalada dentro del establecimiento carcelario se realiza todo el proceso de producción del calzado: el corte, el armado, la costura y el embolse del producto.
Juan tiene 28 años y es uno de los internos trabajadores, y sobre la oportunidad laboral detalló que «confeccionamos un modelo estándar, de lona, de distintos colores y números, aunque a algunas le ponemos estampados».
«Haber aprendido cómo hacer alpargatas y trabajar en este emprendimiento me pone muy contento. Otros internos que ya se fueron a la calle han entrado a trabajar en empresas textiles. Es una buena alternativa laboral», comentó Juan.