El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, aseguró hoy que «cada vez que se amplían derechos y se ven tocados los privilegios, se intenta torcer ese rumbo -el de las urnas y la democracia- con persecución política y judicial a los dirigentes que los encabezan y representan» y pidió «elecciones limpias y sin proscripción» .
De esa manera, el mandatario bonaerense se refirió a la concentración que se realizó ayer frente al Palacio de Tribunales bajo el lema «democracia o mafia judicial», en una convocatoria en la que se volvió a rechazar el intento de «proscripción» de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y se exigió la remoción de los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
En declaraciones a AM 750, el economista se refirió al fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2, quien en diciembre pasado condenó a Fernández de Kirchner a 6 años de prisión en la causa conocida como “Vialidad” en la que se dictó la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
«Escribieron 1.600 páginas sin ninguna prueba para condenar a Cristina. El tribunal en el que debería apelar esta condena vergonzosa y patética es el de jueces que juegan al fútbol en la quinta de Mauricio Macri. Parece joda», reflexionó Kicillof.
Cuestionó en ese marco que «es ahí donde tenemos que ir a discutir si es inocente o culpable» y apuntó que «después, si el tribunal de alzada determina que la condena queda firme, hay que ir a la Corte Suprema, donde hay 4 jueces cuestionados por haber violado la división de Poderes y haber sido designados por decreto de Macri» por lo que evaluó que «la indefensión en términos de buscar justicia es total».
En la entrevista, dijo además que ayer en la movilización sintió «mucha fuerza, mucha potencia militante y mucho entusiasmo, que nos hace falta» y reiteró que «el peronismo no puede estar proscripto, por eso lo de ayer fue una resistencia que ocurre porque este partido judicial, que no es más que un instrumento de intereses fuertes y poderosos, se quiere llevar puesta la democracia».
Sostuvo luego sentirse sorprendido por «cómo relatan esta cuestión y la intentan modificar» desde algunos medios, que plantearon que el acto fue «un ataque a la Corte» cuando «todos los sectores representados ahí lo que hicieron fue una defensa a la Justicia apegada a los códigos, a la Constitución y a impartir equidad de manera independiente».
«La Justicia no debe estar sesgada por el poder político y económico», insistió y continuó: «Reclamar que la Corte Suprema no esté digitada por un chat del PRO es atacar a la Justicia».
En ese marco, consideró que es necesario «discutir y poner sobre la mesa que la sentencia a Cristina es una construcción arbitraria que nada tiene que ver con la Justicia, sino que es una movida política de un sector que no es ni original, ni nuevo, ni limpio, ni puro».
«El lawfare se aplicó varias veces en casos históricos de la Argentina, siempre con el mismo propósito. Lo predominante fueron los golpes de Estado en otras épocas, pero siempre estuvieron acompañado por sentencias judiciales, proscripciones y persecuciones con acusación de corrupción», graficó Kicillof.
En ese sentido, indicó que «el lawfare tiene tres elementos: la persecución, cárcel o proscripción a los dirigentes del campo popular; limpiar y encubrir a los dirigentes políticos y empresarios de la derecha, como Mauricio Macri; y utilizar fallos judiciales como instrumentos judiciales, gobernar a través de fallos».
Rememoró entonces que en el gobierno de Cristina Kirchner «hubieron causas clave, como decir que era inconstitucional la Ley de Medios, la reforma del Poder Judicial, la causa dólar futuro, donde el partido judicial pretendía determinar el tipo de cambio en la Argentina».
«Ahora lo hacen con el precio de los celulares y la medicina prepaga. También gobiernan: si no es con las urnas, será con los fallos. Es un poder corporativo y asociado a los sectores dominantes a punto tal que lo de Lago Escondido fue escatológico: Clarín llevándose a exponentes del Poder Judicial regalándoles un viaje all inclusive con D’Alessandro y gente de los servicios en un cónclave».
Así, Kicillof se refirió al escándalo desatado meses atrás, cuando se conoció que el entonces ministro de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, mantuvo un intercambio de mensajes con jueces y camaristas federales, así como con directivos del Grupo Clarín, en los que presuntamente se diseñaba una maniobra para encubrir un viaje que los involucrados compartieron a la residencia del empresario Joe Lewis en Lago Escondido, Río Negro.
Además, una filtración posterior de chats de Telegram expuso supuestas conversiones entre D’Alessandro y Silvio Robles, uno de los asesores del presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, en las que discutían el fallo por coparticipación de la Ciudad y la integración del Consejo de la Magistratura.
En ese sentido, hizo mención al litigio por la coparticipación: «La provincia ya había cedido coparticipación, estábamos es un proceso de recuperar recursos porque los necesitamos para abrir escuelas, hacer rutas, obras de agua y cloaca, y vino el fallo de la Corte que le saca a todas las provincias para darle a la Ciudad de Buenos Aires», señaló.
«Ahí tenemos a Robles y a los jueces de la Corte actuando de una manera arbitraria, inconstitucional, absurda e ilegal. Por eso estamos pidiendo este juicio político. Se apropian de recursos para dárselos a Horacio Rodríguez Larreta», continuó el gobernador.
Por otro lado, al ser consultado sobre la posibilidad de presentarse para la reelección, expuso no desear «hacerse el tonto», pero aclaró que «la cuestión de las candidaturas, está supeditada a una estrategia nacional porque no son proyectos personales».
«El proyecto de provincia que estamos implementando, implica planificación en infraestructura, en educación, en el terreno de la salud y también de transformación productiva. Nosotros lo presentamos en un plan a 6 años. En lo que a mí respecta, trabajo sin descanso para que continúe esta línea de trabajo en la provincia», destacó y al momento de subrayar la necesidad de «delinear una estrategia electoral», dijo que «a la cabeza de eso, debe estar Cristina».