La artritis reumatoidea (AR) no controlada a tiempo duplica el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular; es decir que el sistema coronario se ve tan perjudicado como con la diabetes con esta afección autoinmune cuyo Día Mundial se conmemora cada 12 de octubre y que afecta a unas 400 mil personas en Argentina.
Aunque las lesiones en las articulaciones se manifiestan como el síntoma más visible, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en pacientes con AR, según diferentes estudios publicados en revistas científicas en los últimos 10 años.
Y la propensión a sufrir dolencias cardiovasculares – según se comprobó- no es porque las personas con artritis desarrollen de manera concomitante factores de riesgo cardiovasculares -como la hipertensión, la obesidad o el colesterol elevado-, sino porque las lesiones de la artritis pueden contribuir a la formación de placas de colesterol que tapan las arterias.
«Se requiere un tratamiento activo de la enfermedad para reducir el riesgo de desarrollar complicaciones cardiovasculares en individuos con artritis reumatoidea», concluye el estudio «Artritis reumatoidea: una enfermedad asociada con una aterogénesis acelerada» publicado en ScienceDirect.
Según la Asociación Argentina de Reumatología (AAR), además de incrementar el riesgo de enfermedades cardíacas, la AR también incrementa la propensión a padecer osteoporosis, infecciones oportunistas, enfermedad pulmonar y linfoma.
Para la organización, «es una enfermedad inflamatoria crónica autoinmune de causa desconocida que afecta principalmente las articulaciones, aunque puede comprometer otros órganos» del cuerpo. En caso de no ser tratada a tiempo, la AAR advierte que «produce destrucción articular, discapacidad física y alteración de la calidad de vida».
Comúnmente conocida como «reuma», muchas personas confunden la artritis reumatoidea con artrosis, pero ésta última es una afección diferente que si bien es igualmente crónica y afecta a las articulaciones, no es propiamente inflamatoria ni autoinmune y suele afectar un número menor de coyunturas.
Por otro lado, la artritis reumatoidea «no es hereditaria en forma absoluta» aunque los familiares de pacientes tienen mayores probabilidades de padecerla «ya que se han identificado algunos genes que pueden predisponer a la enfermedad».
De acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019 había en el mundo 18 millones de personas con artritis reumatoide de las cuales 13 millones presentaban síntomas moderados o graves que podrían aliviarse con rehabilitación.
Según datos del Ministerio nacional de Salud, cada año se producen 18,5 casos cada 100 mil habitantes de esta enfermedad que tiene una prevalencia del 0,3% y afecta a cuatro mujeres por cada hombre, entre los 20 y los 50 años «aunque no es exclusiva de esta edad y sexo» por lo que «los niños pequeños, también, pueden padecer artritis».
«Si bien al comienzo la artritis reumatoidea compromete principalmente manos y pies, otras articulaciones como rodillas, tobillos o codos también pueden afectarse. Por la mañana, la rigidez, el dolor y la hinchazón articular son síntomas predominantes. Algunos presentan, además, debilidad generalizada, fatiga y, en ocasiones, fiebre. Pueden pasar 2 o 3 horas hasta lograr movilizarse con más soltura», señala Viviana Cantarutti, médica clínica de Ospedyc
«A veces, necesitan ayuda de otra persona o de un objeto para incorporarse. Los síntomas suelen disminuir permitiendo el movimiento, pero retornan nuevamente tras el reposo prolongado», agrega.
La AR se diagnostica a través de un examen clínico prescripto por un reumatólogo, que debe confirmar la presencia de esta condición con la ayuda de estudios de sangre, radiología y ecografía.
Cuanto antes se realice el diagnóstico, el pronóstico es mejor, ya que el tratamiento se inicia a tiempo y la inflamación y el daño articular pueden detenerse.
No existe un tratamiento que la cure, pero existen alternativas que ayudan a eliminar las molestias, frenar el avance de la enfermedad y evitar la aparición de deformaciones.
El Día Mundial de la Artritis Reumatoide fue instituido por la Arthritis Rheumatism International en 1996 con el objetivo de concientizar sobre las enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas, promoviendo una mejor calidad de vida y tratamientos para quienes las padecen.