El Taller de Aguas, un proyecto de extensión universitaria de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata que trabaja con la comunidad evaluando la calidad del agua, presentó un relevamiento, realizado durante los años 2022 y 2023 tanto en agua de red como de pozos de zonas urbanas y periurbanas de La Plata y sus alrededores. Allí, el equipo de trabajo reportó que una importante cantidad de las muestras de agua relevadas provenientes de zonas sin acceso a la red resultaron no aptas para consumo humano, por tener elevados niveles de nitratos y/o contaminación microbiológica.

Por otro lado, todas las muestras de la red de agua potable y de cooperativas regionales resultaron aptas para el consumo humano.

El acceso al agua potable se trata de una problemática mundial, según la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sustentable de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y nuestra región no está exenta. En la región del gran La Plata, el agua de red no llega a todos los hogares. En muchas zonas, llega apenas hasta las cercanías de los barrios periféricos, donde la conexión final a las viviendas queda a cargo de los propios habitantes.

Según describen en su informe, en estos casos las conexiones a la red suelen realizarse mediante mangueras que pueden estar ensambladas de forma precaria, o dañarse, abriendo la puerta a una potencial contaminación. El problema podría originarse también en deficiencias en tanques de almacenamiento de agua.

En otros casos, el acceso al agua se logra mediante perforaciones domiciliarias o pozos con tanques comunitarios surgidos de la organización vecinal.

La dificultad en el acceso a agua segura afecta también a la región hortícola platense. Allí el agua es obtenida de pozos que pueden tener problemas por su construcción o bien no alcanzar la profundidad necesaria, obteniéndose en ese caso agua no apta para el consumo. Además del riesgo para las familias productoras, la mala calidad del agua es una cuestión de la salud pública, pues es usada para el lavado o “refrescado” de las verduras previo a su venta. Las deficiencias en la construcción de los pozos y la cercanía de algunas fuentes como pozos ciegos, estiércol de animales y fertilizantes son las causas más frecuentes de contaminación.

Taller de Aguas

El Taller de Aguas depende del Programa Ambiental de Extensión Universitaria (PAEU) de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP, siendo uno de los primeros proyectos de extensión de la unidad académica. Desde 1989 reúne estudiantes, docentes, investigadores, vecinos, referentes de organizaciones barriales, productores hortícolas de La Plata y otros actores alrededor de un concepto: el acceso a agua de calidad como derecho inalienable.

Actualmente el Taller cuenta con 40 integrantes y desde 2017 es dirigido por la Tecnóloga Virginia Vetere, investigadora del Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias Aplicadas (CINDECA), instituto dependiente de la UNLP, CONICET y la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires.

En este contexto, el Taller trabaja hace más de 30 años a partir de las demandas de los propios habitantes de los barrios, organizaciones y pequeños productores florihortícolas.

Según describen desde el Taller de Aguas, las solicitudes de monitoreo del agua “están asociadas principalmente a la falta de agua o su mala calidad. Frecuentemente manifiestan evidenciar color, olor o sabor en el agua o la aparición de alguna patología que puede asociarse al consumo de agua contaminada.”

El análisis

El Taller de Aguas analiza cada año cientos de muestras. Una vez en el Laboratorio del Programa Ambiental de Extensión Universitaria de la Facultad de Ciencias Exactas (PAEU), la calidad del agua de las muestras analizadas se realizó verificando el cumplimiento de las normas establecidas por el Código Alimentario Argentino (CAA) para el agua de consumo humano. Por un lado, el equipo realiza determinaciones fisicoquímicas como la acidez, la conductividad eléctrica, los sólidos disueltos y la presencia de nitratos, nitritos, cloruros, arsénico. También miden la dureza y alcalinidad.

Además chequean la presencia de microorganismos mediante el recuento de bacterias que pueden desarrollarse a temperaturas entre 10 y 40°C, bacterias coliformes (se encuentran principalmente en el intestino de los humanos y de los animales de sangre caliente) como Escherichia coli. También detectan la presencia de Pseudomonas aeruginosa, un patógeno oportunista que genera infecciones en pulmones y otros órganos en individuos inmunocomprometidos.

Agua de red versus agua de pozo.

Como resultado de los análisis, el reporte informa que la totalidad de las muestras de agua provista por operadores como Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA) y cooperativas regionales, resultaron ser aptas para consumo.

Otra situación ocurre con las muestras extraídas de pozos particulares o comunitarios. En esos casos, el 40 % resultó no ser apta para consumo por estar contaminada microbiológicamente y/o por contener niveles de nitratos superiores a los valores de referencia recomendados para el agua potable. En esas muestras contaminadas, 7 de cada 10 presenta contaminación microbiológica (mayoritariamente bacterias intestinales), 1 cada 20 arroja niveles altos de nitratos, mientras que en más de 2 cada 10 muestras se detectan ambos tipos de contaminación.

Recomendaciones

A la hora de planificar una perforación es importante el asesoramiento de expertos en el tema ya que la profundidad y las características constructivas del pozo son esenciales para extraer agua de la mejor calidad posible. Por eso, indica Vetere que “la perforación debe hacerse alejada de potenciales fuentes de contaminación como pozos ciegos, acopio de fertilizantes u otros productos contaminantes, acumulación de estiércol o basura, entre otras. Para esto, es fundamental conocer las características del terreno.”

Por otra parte, cuando el agua no reúne los requisitos de potabilidad y las personas están en condiciones de vulnerabilidad socioeconómica, no hay muchas posibilidades de encarar obras. La única alternativa posible es entonces mejorar la calidad del agua a la que pueden acceder. “La contaminación que encontramos con mayor frecuencia es provocada por bacterias y, en este caso, el agua puede potabilizarse agregando 2 o 3 gotas de lavandina por litro de agua, mezclar bien y dejar reposar 30 minutos para asegurar la desinfección (debe ser lavandina común, sin aditivos, es importante que la etiqueta indique que es apta para potabilizar agua). Otra alternativa es hervir el agua en un recipiente con tapa durante aproximadamente 10 minutos. “ explica la investigadora.

Construcción de conocimiento horizontal, colectiva y situada

El trabajo del Taller de Aguas no se agota, sin embargo en el laboratorio o en la confección de informes. Muy por el contrario, su tarea no puede ser valorada sin incluir el fuerte trabajo que realizan con la comunidad. A partir de los resultados encontrados y de la información recolectada en los barrios y quintas, los investigadores trabajaron con los habitantes en encuentros y jornadas de intercambio para determinar las posibles causas de contaminación y construir diferentes alternativas para el manejo seguro del agua. Entre estas propuestas para mejorar la calidad del agua se encuentran la reubicación de potenciales fuentes contaminantes, el mejoramiento de los pozos, la reparación de las conexiones a la red y la desinfección de los tanques de almacenamiento de agua.

En un contexto de ajuste económico de las universidades públicas, vale destacar que el costo de los análisis de agua en laboratorios privados resulta inabordable para los vecinos de los barrios con los cuales el Taller de Aguas trabaja habitualmente haciendo los análisis de modo gratuito. “Además, en el sector privado, las muestras deben ser tomadas por los interesados y remitidas al laboratorio correspondiente. Por el contrario, nuestra metodología de trabajo implica una fuerte actividad en el territorio. De este modo, además de tomar las muestras de agua y analizarlas, intercambiamos información antes y después de los análisis de manera de tener un abordaje integral del problema. “

Los resultados encontrados por el Taller de Aguas pueden servir de insumo, según los integrantes del equipo, “para la construcción territorial de alternativas para el abordaje de las problemáticas planteadas por las comunidades en torno a la calidad del agua.” Resaltan además que “en este contexto, resulta indispensable gestionar políticas públicas que promuevan el acceso a derechos humanos básicos como el agua, la salud y el saneamiento.” Así, con el trabajo sostenido en el monitoreo de la calidad del agua en la región, la UNLP busca aportar a la transformación de la realidad de los sectores más postergados de la comunidad.

El informe más reciente, titulado “Calidad del Agua de Consumo en Zonas Urbanas y Periurbanas de La Plata y Alrededores”, fue presentado en octubre de 2023 en las VII Jornadas en Ciencias Aplicadas “Dr. Jorge J. Ronco” y estuvo a cargo de Matías Assandri, Macarena Azaro, Lucrecia Orofino, Daiana Prince, Juan Proaño Fernández, Caleb Rodríguez y Virginia Vetere. Puede encontrarse aquí: