La depresión puede ser una de las causas de las reglas dolorosas, según ha concluido un grupo de investigadores en un nuevo estudio. Los científicos del Reino Unido y China utilizaron un método estadístico que analiza datos genéticos para determinar relaciones causales.
Los investigadores descubrieron que las personas con depresión tenían un 51% más de probabilidades de experimentar dismenorrea, también conocida como períodos dolorosos, en comparación con aquellas sin depresión.
«Nuestros hallazgos proporcionan evidencia preliminar de que la depresión puede ser una causa, en lugar de una consecuencia, de la dismenorrea, ya que no encontramos evidencia de que el dolor menstrual aumentara el riesgo de depresión», dijo Shuhe Liu, autor principal del estudio y estudiante de doctorado en la Universidad Xi’an Jiaotong-Liverpool en un comunicado.
El estudio incluyó datos de poblaciones europeas y asiáticas sobre variantes genéticas asociadas con ambas afecciones y análisis adicionales para validar los hallazgos. Identificaron marcadores genéticos específicos, o variaciones, que podrían contribuir a ambas afecciones.
Estos factores compartidos sugieren que la depresión y el dolor menstrual pueden tener algunas vías biológicas comunes en el cuerpo, según los autores.
Los problemas de sueño están relacionados con la regla dolorosa
El estudio también examinó cómo factores como el insomnio, el índice de masa corporal (IMC) y la endometriosis podrían influir en la relación entre la depresión y la dismenorrea. La falta de sueño resultó ser un factor importante: los autores sugieren que el impacto de la depresión en los trastornos del sueño podría aumentar el dolor menstrual.
«Hemos descubierto que el aumento de los trastornos del sueño puede exacerbar el dolor menstrual. Por lo tanto, abordar los problemas del sueño puede ser crucial para controlar ambas afecciones», afirmó Liu.
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«Sin embargo, se necesita más investigación para comprender los vínculos entre estos factores», añadió. El estudio también subrayó las complejidades de la relación entre la genética, el medio ambiente y las enfermedades.
«Esperamos que esto pueda conducir a opciones de tratamiento más personalizadas y a una mejor atención sanitaria, además de reducir el estigma que rodea a estas enfermedades», afirmó.
Fuente: Euronews