Las consultoras advierten que los próximos cinco años serán decisivos en la capacitación de la mitad del staff a fin de que acompañe los cambios constantes, lo cual justifica esfuerzos para mantener a los más valiosos.
Coincide con el recálculo que los empleados calificados también hicieron sobre su estabilidad laboral, en función de los factores económicos, sociales y personales de estos tiempos de ajuste económico.
Como resultado de esa evaluación aquietaron las tentaciones de «gran renuncia», o sea, de buscar trabajos que realmente les gustaran y no solo aquellos que pagan bien, que se había instalado en la prepandemia.
La convergencia actual de necesidades de la parte patronal, por un lado, y de los colaboradores, por el otro, es consecuencia de la transición que se abre en el quinquenio que viene con el aumento de la automatización, que transforma los puestos de trabajo.
Las empresas necesitan empleados con habilidades que vayan más allá del conocimiento técnico, y que sean conscientes de la tendencia del mercado laboral a recortar planteles, por lo que hayan sosegado eventuales inquietudes migratorias de empleo.
En tal sentido, el Foro Económico Mundial realizó un informe en el que se destacan una serie de habilidades que serán cada vez más requeridas en ámbitos laborales, en el marco de que el 44% de las habilidades de los trabajadores se verían afectadas en los próximos años.
Y justamente, el pensamiento crítico y la resolución de problemas adquieren una relevancia decisiva dentro de las habilidades que se van a requerir en el futuro, lo que torna esencial para el éxito en el ámbito laboral permitir a los individuos que analicen información de manera objetiva, identifiquen problemas de forma creativa y desarrollen soluciones innovadoras.
Las reglas, parejas para todos
La prioridad no distingue entre la plantilla doméstica, que tiene que ser capacitada para afrontar las nuevas exigencias del cambio, y los candidatos de afuera que se eligieran para incorporar.
De modo que el factor confianza adquiere un valor superlativo en el funcionamiento a buscar.
Es que los puestos C-Levels deben estar conformados por varias habilidades, entre las que también se encuentra el pensamiento crítico, ya que contribuye a fomentar una cultura de aprendizaje continuo y crecimiento profesional dentro de la organización.
“En un informe que realizamos se vio claramente que 8 de cada 10 ejecutivos vuelve central la experiencia del colaborador. Necesitan saber inspirar al equipo para que alcance su máximo potencial, liderar a partir de la empatía, desde el pensamiento y desde la diversidad, esas son las exigencias profesionales que el contexto actual demanda” comentan desde Integralis Consulting.
El futuro del liderazgo
El liderazgo efectivo requiere, en el nuevo escenario, un delicado equilibrio entre pensamiento crítico y empatía.
Esta combinación no solo optimiza la toma de decisiones, sino que también fortalece la cohesión del equipo y fomenta un entorno de trabajo más saludable y productivo.
El pensamiento crítico permite analizar la información de manera objetiva y tomar decisiones informadas.
Según el artículo de Harvard Business Review, los líderes que piensan críticamente pueden identificar problemas subyacentes, evaluar riesgos y oportunidades y diseñar estrategias efectivas que alineen los objetivos de la organización con las realidades del mercado.
Y una de las ventajas más significativas del pensamiento crítico es la toma de decisiones basada en datos.
Los líderes con esta capacidad pueden discernir entre información relevante e irrelevante, lo que les permite hacer elecciones que beneficien a la organización a largo plazo.
La capacidad de desglosar situaciones complejas en sus componentes básicos y evaluarlos de manera integral es necesaria en un entorno empresarial donde la competencia y las expectativas de los clientes están en constante evolución.
Al desarrollar habilidades de pensamiento crítico, puede prevenir el avance de la información errónea, convertirse en una fuente confiable dentro de su red e industria, y obtener acceso a interesantes oportunidades profesionales, incluidas promociones.
Pero no todo es pensamiento crítico y solución de problemas, la empatía también es crucial para la gestión del bienestar emocional de los empleados.
En un entorno laboral donde el estrés y la presión son inevitables, los líderes empáticos pueden identificar señales de agotamiento y tomar medidas para apoyar a su equipo.
Esto no solo mejora la satisfacción y la retención de los empleados, sino que también contribuye a una mayor productividad y creatividad.
El desafío para los líderes contemporáneos es integrar el pensamiento crítico y la empatía, de manera que se complementen y refuercen mutuamente.
El equilibrio permite a los líderes ser eficientes y efectivos, sin perder de vista la humanidad de sus equipos.
Las organizaciones deben fomentar una cultura que valore y desarrolle tanto el pensamiento crítico como la empatía.
Incluye la capacitación continua, el mentoring y la creación de espacios para la reflexión y el diálogo abierto.
Al hacerlo, las empresas no solo mejoran su capacidad para enfrentar desafíos complejos, sino que crean un entorno de trabajo más inclusivo.
“Los desafíos profesionales de los líderes dan cuenta de la importancia y predominio de un liderazgo basado en las personas, donde las soft skills se imponen como exigencias al liderazgo”, afirman desde la consultora.
El liderazgo de este siglo requiere una combinación equilibrada de pensamiento crítico y empatía.
Los líderes que pueden navegar la complejidad del entorno empresarial con una perspectiva analítica y, al mismo tiempo, entender y responder a las necesidades emocionales de su equipo, estarán mejor preparados para llevar a sus organizaciones hacia el éxito sostenido.