Los intendentes de la provincia de Buenos Aires mantienen posturas disímiles al analizar la conveniencia de flexibilizar el aislamiento social y obligatorio y, mientras algunos sostienen sus críticas al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, otros replican en sus territorios aperturas similares a las de la ciudad, pero sin salidas recreativas.
La reunión que ayer encabezaron el gobernador bonaerense Axel Kicillof, junto al Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, de la que también participaron los ministros del Comité de Emergencia de Nación y provincial y el diputado Máximo Kirchner, unificó algunos criterios en cuanto al trabajo en los barrios vulnerables y buscó bajarle el tono a las diferencias planteadas entre varios intendentes y el jefe de gobierno porteño en los últimos días.
Para ello, Kicillof y Cafiero se comunicaron a través de una videoconferencia con unos 135 intendentes del conurbano y del interior provincial.
Los más críticos a la apertura que decidió la ciudad de Buenos Aires fueron los intendentes de la zona sur del conurbano, sobre todos los más cercanos a la Capital.
En este grupo se ubican los jefes comunales de Esteban Echeverría, Fernando Gray; de Quilmes, Mayra Mendoza y Avellaneda, Jorge Ferraresi.
El argumento compartido por los tres pasa por el hecho de que «los empleados que trabajan en los comercios de la ciudad de Buenos Aires son los que viven en la provincia».
«En estas semanas las estaciones de trenes y colectivos tuvieron mucha más demanda, con el riesgo que implica utilizar el transporte público», explicó a Télam Gray.
Ferraresi fue más allá en sus críticas y el mismo día en el que Kicillof visitaba su distrito pidió que la Capital Federal diera marcha atrás con su apertura porque «aumenta la circulación de gente y del virus» y remarcó que «de siete casos de Covid-19 que hubo en un día, seis son empleados de una textil de la Ciudad de Buenos Aires».
Por el contrario, los intendentes agrupados en las regiones Norte y Oeste, entre los que hay oficialistas y opositores, comenzaron a pedir al gobierno provincial la apertura de algunas actividades productivas y en los últimos días agregaron algunos rubros comerciales de locales de cercanía, obras privadas de construcción y mudanzas.
«Articulamos cosas en común para seguir los mismos protocolos, sabemos que estamos delante de la montaña por lo que, por un lado extremamos los cuidados y, por otro, tratamos de abrir lo que sí se puede sin poner en riesgo la salud de los vecinos», explicó a Télam el intendente de Ituzaingó, Alberto Descalzo.
En la región Oeste, junto a Descalzo, se ubican los intendentes de Hurlingham, Juan Zabaleta; de Tres de Febrero, Diego Valenzuela; de San Miguel, Jaime Méndez y de San Martín Fernando Moreira.
En tanto, en la zona norte están nucleados los jefes comunales de San Isidro, Gustavo Posse; de Vicente López, Jorge Macri; de Tigre, Julio Zamora; de Escobar, Ariel Sujarchuk y de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini.
Ellos ya avanzaron con la apertura de industrias y comercios, con ventas on line y entregas en puerta y habilitaron las operaciones de los comercios de cercanía con horarios acotados, a excepción de los que comercializan ropa y zapatos, entre otros.
Tanto para las actividades industriales como las obras en construcción privadas, las empresas debieron presentar protocolos estrictos que implican, entre otras cosas, que se ocupen del traslado de los operarios y albañiles prescindiendo del transporte público para ello.
El punto más conflictivo es el que generan las salidas recreativas, algo que, en el caso del conurbano, todos los intendentes mantienen prohibido, sin intenciones de flexibilizarlo en un futuro cercano, según informaron a Télam las fuentes consultadas.
En tanto, la ciudad de Buenos Aires, que sí posibilitó estas salidas, analizaba hoy con su comité de expertos si serían mantenidas o si se daba un paso atrás y, para eso, revisaban las proyecciones y estadísticas.
Estos números llevaría Roríguez Larreta a la reunión en la quinta de Olivos con el presidente Alberto Fernández y Kicillof, poco antes de una nueva definición de la cuarentena para después del 24 de mayo.
Entre los intendentes del interior bonaerense, las discusión también pasa más que nada por las salidas recreativas, sobre todo porque después de la prueba de fuego que se dio el fin de semana pasado en los municipios de Baradero, Castelli y Chascomús, que luego debieron dar marcha atrás porque los intendentes observaron que los vecinos no cumplieron con las medidas de protección básicas.
Teniendo en cuenta que los días más fríos están por llegar y que éstos coincidirían con la fecha en la que se daría el pico de la enfermedad, según señalan los expertos y epidemiólogos, la mayoría de las autoridades provinciales coincide en que las salidas recreativas deben postergarse hasta otra etapa.