Miles de turistas, junto a vecinos porteños, recorren cada mes los circuitos de los murales de la Ciudad de Buenos Aires, entre los que se destaca «El regreso de Quinquela», en el barrio de Barracas, que con sus 2.000 metros cuadrados es considerado el más grande del mundo.
La propuesta de visitas guiadas moviliza tal cantidad de gente cada fin de semana, que el gobierno porteño recomienda entrar a la página BA.tur, inscribirse, conocer las recomendaciones y en algunos casos reservar un lugar con anticipación para cada recorrido.
La oferta de murales de la metrópolis es tan amplia, que a los circuitos tradicionales de La Boca y Barracas tuvieron que agregarles «Emergentes», como en Coghlan, Palermo y Villa Urquiza.
Esto se debe a la intensa dedicación de artistas nacionales y extranjeros, dijo a Télam Soraya Chaina, la gerente de Ecosistema y Movilidad Turística de la Ciudad de Buenos Aires.
El mural más grande del mundo, «El regreso de Quinquela» fue realizado por el artista argentino Alfredo «Pelado» Segatori, sobre la calle Pedro de Mendoza y San Antonio, mide 2.000 metros cuadrados y da la vuelta la esquina.
Entre dos puentes emblemáticos que unen Barracas con Avellaneda, ya en el conurbano, el «viejo» puente Pueyrredón y el Puente Bosch, esta obra realizada con aerosol a mano alzada es el mural más grande del mundo hecho por una sola persona.
«Elegí homenajear a Quinquela Martín con un paisaje que fusiona cuatro obras muy conocidas de él porque es un referente de la zona y, además, me parece interesante y colorida su temática. Luego, salió con los propios vecinos la idea de incluir sus retratos en la obra», expresó el muralista en la página de Turismo de la ciudad.
Chaina detalló a Télam que los recorridos por los murales son, por lo general, «circuitos peatonales que duran una hora y media en promedio en los que participan cerca de 80 personas» con lugares especiales como el Pasaje Lanín, de Barracas, en los alrededores del ex hospital neuropsiquiátrico José Borda y Braulio Moyano.
«La pintada de los murales se impulsó a partir del movimiento ColorBA, en el que participaron artistas locales y del exterior, como una forma de salir del grafitti y poner el acento en el diseño, ya que los artistas tienen códigos como que no se pisan unas obras con otras sobre todo si están firmados», recalcó.
En la esquina de la avenida Independencia y Chacabuco hay un mural que detalla cómo era ciudad de Buenos Aires hace 200 años, con sus arroyos tan bien demarcados que queda claro que uno era la actual calle Chile y que la Plaza Constitución fue un bañado al oeste del barrio de San Telmo.
Sobre el Pasaje Lanín, contó que el artista Marino Santa María «tuvo que negociar con los vecinos dónde trabajar porque hubo un par de consorcios que se negaron a ofrecerle sus frentes».
Sin embargo, hubo otros que «cambiaron hasta los picaportes y realizaron trabajos de albañilería para mejorar las fachadas antes de que las pinten», añadió.
Así la ciudad se convirtió de a poco y casi sin que muchos se den cuenta en una de las mecas del muralismo en el mundo y ahora, para ir a verlos, «forman nuevos circuitos turísticos que se suman a los de tango, el fútbol -que se hace en colectivo- y los recorridos nocturnos de la Avenida Corrientes, el Bajo, Recoleta, la calle Arroyo o la Avenida de Mayo», precisó.
«Recoleta se hace en bicicleta, el paseo futbolero en un bus por los muchísimos estadios que tiene la ciudad, pero también hay visitas en monopatines eléctricos, según los interesados, que tienen como mejores épocas para recorrer la ciudad el otoño o la primavera», explicó.
«En Semana Santa -reveló- hubo 800 personas inscriptas para recorrer la ciudad en las visitas guiadas, entre vecinos y turistas que aprovechan esas fechas para venir a la ciudad de Buenos Aires».
Debido a esos números, la funcionaria insistió sobre la conveniencia de consultar la plataforma de reservas BA.tur, «ya que allí tenemos turnos, toda la oferta disponible y las recomendaciones que deben seguir los visitantes como el abrigo en invierno o el uso de protector solar en verano».
La ciudad se prepara ahora para los juegos Olímpicos de la Juventud, que se realizarán del 6 al 18 de octubre, que «sin duda va a traer mucho turismo», aseguró, como sucede con la gran cantidad de congresos que se hacen en esta urbe.