El presidente Mauricio Macri aseguró hoy que la Argentina está «hablando con Brasil para un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos» en el marco de una agenda de apertura comercial, que incluye la firma de un tratado comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, celebrada la semana pasada.
De la mano de una mayor liberalización de la política económica de Brasil, adoptada este año luego de la asunción de Jair Bolsonaro como presidente, el gobierno argentino planea avanzar en conjunto con su principal socio comercial para cerrar más acuerdos de este tipo y, así, ampliar sus mercados y lograr mayores exportaciones de bienes y servicios.
«Ninguna economía del mundo se beneficia estando cerrada», dijo este mediodía el presidente Macri durante un acto de celebración del Día Internacional de las Pymes, en la sede de la Confederación de la Mediana Empresa (CAME), en el microcentro porteño.
Al respecto, Macri confirmó que el Canciller Jorge Faurie está «hablando con Brasil para un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos», y resaltó que en «un par de meses» se avanzará con una propuesta similar con la Asociación Europea de Libre Cambio (que incluye a Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza) y que «antes de fin de año esperamos que con Canadá».
«Y el año que viene vamos a tener en la agenda a Corea», adelantó un eufórico Macri, para quien China será también uno de los países con los que la Argentina buscará profundizar su vínculo comercial.
«Lo bueno que está pasando es que al mundo le interesa relacionarse con nosotros, el mundo cree que tenemos capacidad y cosas para aportar», dijo el jefe del Estado.
En el caso del acuerdo con Estados Unidos, los diálogos con Brasil para avanzar en forma simultánea comenzaron a principios de año, poco después de la asunción de Bolsonaro, pero se acordó que la prioridad era cerrar el tratado con la Unión Europea, que ya tenía más de veinte años de negociaciones en curso.
Sobre este último, si bien tardará más de una década en entrar en funcionamiento, Macri desestimó que implique un impacto negativo en el empleo argentino ya que, para producir para «un mercado de 800 millones de personas», la Argentina va a «necesitar más trabajadores y más Pymes».
«Pensar que vivir de nuestra enorme riqueza era el camino fue malo, y dejó a más de un tercio de la sociedad excluida», se lamentó ayer Macri durante el acto de cierre de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE), en el que sentenció que «si no estamos globalizados no tenemos futuro».
«Es una hoja de ruta que nos tiene que vincular, para superarnos y para darle a los argentinos una oportunidad de tener productos de mejor calidad y de menor precio», abundó Macri.
Por su parte, el jefe de Gabinete Marcos Peña, afirmó hoy que la Argentina «tiene todo para jugar en la primera mundial», y que hay voluntad en el Mercosur «para seguir buscando acuerdos de integración económica» que permitan acceder a más mercados.
Sobre un posible futuro acuerdo con los Estados Unidos, informó que es «un proyecto a largo plazo», pero que «se ha abierto una etapa de ir integrándonos más proactivamente».
«Esos procesos toman un tiempo, que permite hacer las tareas necesarias para que después nuestros productores y nuestras empresas estén en condiciones de competir», insistió el jefe de Gabinete.
El último acuerdo comercial entre la Argentina y otros países de la región con Estados Unidos fue el frustrado Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, mejor conocido como ALCA.
Originalmente, el ALCA contemplaba la gradual reducción de las barreras arancelarias de 34 países de la región e implicaba la integración de un mercado de más de 800 millones de personas y un PBI combinado de más de 21 billones de dólares.
Si bien había sido firmado inicialmente por todos los países de la región, a excepción de Cuba, en 1994, no consiguió el apoyo mayoritario y terminó siendo rechazado en la recordada IV Cumbre de las Américas de Mar del Plata, en 2005.