El 44,5% de los nuevos diagnósticos de VIH en 2022 fueron «tardíos» en base a criterios actualizados que incorporaron no sólo a quienes tienen enfermedad avanzada, sino también a quienes tienen ya afectación en el sistema inmunológico (aunque no tengan enfermedad), según se informó en el Boletín N° 40 de «Respuesta al VIH y las ITS en la Argentina» publicado hoy.
El «salto» del 30% de diagnósticos tardíos del Boletín del año pasado a este 44,5% se debe, según explicó a Télam Mariana Ceriotto, directora de Respuesta a VIH, otras ITS, Hepatitis Virales y Tuberculosis del Ministerio, a «un cambio metodológico que permitió sensibilizar el indicador».
«En 2023 se armonizó la definición de diagnóstico tardío con la de otros países. Esto tiene que ver con que desde la Dirección tomamos el diagnóstico tardío y la enfermedad avanzada como una línea estratégica de trabajo para incidir sobre la mortalidad y para esto se requerían datos más sensibles», describió Ceriotto.
Hasta el Boletín 2022 en Argentina se denominaba «diagnóstico tardío a lo que en otros países se refería como enfermedad avanzada o diagnóstico muy tardío».
«Lo que se tomaba antes era sólo a aquellas personas que tenían CD4 (un tipo de glóbulo blanco que disminuye a medida que el virus va infectando) menores de 200 y eventos clínicos indicadores de la enfermedad; este universo es el que hoy definimos como enfermedad avanzada», explicó la infectóloga.
Y continuó: «Lo que hicimos es sumar a aquellas personas cuyo recuento de CD24 está entre 200 y 349 o que tuvieron algún indicador mínimo de la enfermedad; esto incorporó todo un universo que no tiene enfermedad pero del que no se puede decir que el diagnóstico es ‘oportuno’, porque ya hay algún impacto en el sistema inmunológico».
En este contexto, el actual Boletín dedica un capítulo a los diagnósticos tardíos y analiza el bienio 2021-2022 e indica que durante esos años «afectó al 43,8% de las personas diagnosticadas».
«Este valor se desglosa en un 27,7% de diagnósticos con enfermedad avanzada y un 16,1% con diagnóstico tardío, pero sin enfermedad avanzada», describió el informe.
Dentro del análisis que se realiza del total de los diagnósticos tardíos, en el Boletín se destacó que «los varones cis que tienen relaciones sexuales con mujeres cis son los que tienden a llegar más tarde al diagnóstico y presentan mayores proporciones de enfermedad avanzada».
«Sin embargo -alertaron-, esta situación también se observa en personas adultas de todos los géneros, así como en aquellas con menor nivel de instrucción, incluyendo los varones que contrajeron el virus durante prácticas sexuales con otros varones».
En relación a las causas, Ceriotto señaló que «siempre la explicación de estas realidades es multicausal pero es importante que cada jurisdicción pueda hacer una evaluación para ver cuáles son las estrategias que más le conviene implementar; no es lo mismo pensar acciones para la Ciudad de Buenos Aires que para Jujuy».
Según el Boletín, se estima que en la Argentina existen unas 140.000 personas que viven con VIH de las cuales un 13% lo desconoce; una cifra que se mantiene estable desde el año pasado.
De las personas diagnosticadas, el 65% (68.000) se atiende en el subsistema público de salud.
En el Boletín se detalló que el promedio de nuevos diagnósticos entre los años 2018 y 2022 fue de 5.300 nuevos casos, mientras que la mediana edad al momento del diagnóstico fue de 33 años para los varones cisgénero, 36 años para las mujeres cisgénero, 30 años para las mujeres trans y 34 años para los varones trans.
En 2022 la distribución de los nuevos diagnósticos fue la siguiente: 68,4% correspondieron a varones cis; 30,4% a mujeres cis, y 1,2% a personas trans.
En varones cis, el 99% de las infecciones fueron por prácticas sexuales sin protección (66% con otros varones, 32% con mujeres, y 1% con personas trans).
En mujeres cis, la principal vía de transmisión fue la misma: el 98% fue por sexo sin protección.
En relación a la tasa de VIH, se calcula a nivel nacional 12,2 casos cada 100.000 habitantes.
Un dato que reapareció en este Boletín (y no estaba presente desde 2018) fue la transmisión vertical (madre a hijo): «Logramos reconstruir datos para 2021, y lo que arrojó fue que el 4,2% de los bebés nacidos vivos de madres con VIH se infectaron», describió Ceriotto.
Y añadió: «Tendremos que ver qué pasa en 2022, pero la impresión que tenemos es que en esa variable de 2021 hubo un impacto de la pandemia por Covid que disminuyó los controles durante el embarazo».
Finalmente, la mortalidad, estimada con datos al 2021, se ubicaba en 2,8 cada 100.000 habitantes promedio, siendo mucho mayor si se diferencia por género: los varones tienen una tasa de mortalidad de 3,8 cada 100.000 habitantes y las mujeres de 1,7 cada 100.000 habitantes.