Una multitud colmó este miércoles la explanada del Polo Científico y realizó un “un abrazo mundial” a la sede central del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), en el marco de la entrega a las autoridades del organismo de más de 1.200 cartas que enviaron investigadores de todo el mundo en apoyo a la ciencia argentina y contra el “ajuste tremendo” que efectúa el Gobierno nacional.
Cientos de investigadores, becarios, estudiantes, trabajadores del sistema científico nacional y personas de la sociedad civil se congregaron frente a la sede principal del Conicet y del ex Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, en el barrio porteño de Palermo, para reclamar contra el “ajuste tremendo” que está sufriendo la ciencia argentina por parte del Gobierno nacional.
El recorte de becas, la falta de insumos en laboratorios, el reciclado de elementos básicos como algodón y el riesgo de una nueva “fuga de cerebros”, son algunas de las consecuencias que se repiten en los más de 280 Institutos y Centros exclusivos del Conicet y de doble y triple dependencia con universidades nacionales y otras instituciones que se distribuyen a lo largo y ancho del país.
Convocada por la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (Raicyt) y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), la actividad tuvo como epicentro la entrega de la pila de más de 1.200 cartas de asociaciones internacionales, instituciones científicas y colegas del exterior.
“Todas las adhesiones coinciden en destacar la calidad y excelencia de la ciencia argentina y resaltan de manera contundente el efecto devastador que las políticas actuales están teniendo sobre este sector”, dice la carátula escrita por la Raicyt que encabeza la pila de notas impresas.
Las consignas del acto
Con personalidades destacadas de la cultura, como la directora de cine Lucrecia Martel, el acto central comenzó pasadas las 16 con el apoyo de Elijo Creer, el festival federal de ciencia y tecnología.
“Hoy entregamos más de 1.200 cartas de Premios Nobel, investigadores, organizaciones y confederaciones científicas apoyando a la ciencia. Pero no apoyan particularmente a los científicos, sino que entienden que, si no hay un desarrollo científico, que es lo que el gobierno actual está abortando, el país no tiene futuro”, aseguró en diálogo con Somos Télam Jorge Geffner, investigador del Conicet y uno de los coordinadores de la Raicyt.
En el público resaltaban carteles con consignas como “No al ajuste en Ciencia y Tecnología” o “Sin becarixs no hay ciencia”, mientras que de la fachada del edificio del Conicet colgaban algunas de las copias de las cartas junto con las banderas de los países de los investigadores que emitieron su apoyo internacional.
La actividad también se replicó con otros abrazos simbólicos a más de 10 sedes del Conicet de distintas ciudades del país, como Rosario, Mar del Plata, Luján, Salta, San Fernando del Valle de Catamarca, San Juan, Mendoza, Bariloche y Puerto Madryn.
Las voces de los reclamos
“Este gobierno está llevando a cabo la destrucción de la ciencia argentina”, señaló en diálogo con Somos Télam la investigadora Valeria Levi, otra de los coordinadores de la Raicyt.
“No es que se estén reduciendo nada más las partidas, sino que se desarman las estructuras que existían y que permitían que funcionemos día a día. Hay un objetivo real que es terminar con el sistema científico argentino”, alertó la vicedecana de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Entre la multitud presente en el Polo Científico en Palermo, podía leerse un cartel que rezaba “la ciencia no es cara, es cara la ignorancia”
En este sentido, agregó que desde la Red y las diversas facultades e institutos piden reuniones con el director del Conicet Daniel Salamone y el Secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología, Alejandro Cosentino, pero no han tenido “ni una sola respuesta a todos los reclamos que se han hecho”.
“La situación actual del sistema científico argentino es catastrófica y nunca vista en democracia”, subrayó Levi.
Entregamos más de 1.200 cartas de Premios Nobel, investigadores, organizaciones y confederaciones científicas apoyando a la ciencia, que entienden que, si no hay un desarrollo científico, que es lo que el gobierno actual está abortando, el país no tiene futuro”Jorge Geffner, investigador del Conicet y uno de los coordinadores de la Raicyt.
Entre la multitud presente en el Polo Científico en Palermo, podía leerse un cartel que rezaba “la ciencia no es cara, es cara la ignorancia”.
La frase es una de las máximas del doctor Bernardo Houssay, el primer argentino y latinoamericano que ganó el Premio Nobel de Medicina en 1947 por sus aportes fundamentales para tratar la diabetes.
Houssay fue también el fundador del Conicet en 1958 y el primer presidente del organismo, al que le infundió una visión estratégica con la creación de los primeros cargos científicos con dedicación exclusiva para investigar.
Bajo el lema “Abrazo mundial a la ciencia argentina”, el acto comenzó con la lectura de fragmentos de la obra de teatro “La vida de Galileo”, del dramaturgo alemán Bertolt Brecht, que se centra en los últimos años de vida del investigador italiano.
“El cultivo de la ciencia me parece que requiere especial valentía en este caso. La ciencia comercia con el saber, con un saber ganado por la duda. Proporcionar saber sobre todo y para todos, eso es lo que pretende, y hacer de cada uno un desconfiado”, fue uno de los pasajes de la obra que resonó en la voz de actrices invitadas como Vita Escardó, Marcela Guerty e Ingrid Pelicori.
Luego, representantes de becarios, investigadores y profesionales técnicos y de apoyo pasaron a leer algunos párrafos de las 1.200 cartas enviadas por investigadores y asociaciones científicas de más de 50 países.
“Estimado presidente Milei. Le escribo para expresar mi grave preocupación frente a los planes de reducción de la inversión de la ciencia argentina y para instarle a que lo reconsidere”, afirma en uno de los textos recibidos Peter Ratcliffe, Premio Nobel de Medicina 2019 y advierte que “una vez que se destruye el sistema científico es extremadamente difícil reconstruirlo”.
El acto tuvo un cierre musical a cargo de Ferni de Gyldenfeldt, quien interpretó una vidala, una especie folklórica que integra el canto con caja, y con su música hizo resonar la emoción del público.
Finalmente, Ferni y Alexia Massholder, secretaria de género de la junta interna de ATE Conicet, cantaron a dúo la “Zamba del Carnaval” de Pedro Aznar y despertaron las palmas y aplausos de todos los presentes.
Las demandas centrales
Entre los reclamos principales, se encuentra la demanda de reincorporación de 140 despedidos que cumplen funciones esenciales para la actividad del organismo y el pedido de ampliación de la cantidad de becas doctorales, que este año tuvo el número más bajo en décadas con la asignación de solo 600 becas en vez de las 1.300 anunciadas.
“Además tenemos casi 1.000 trabajadores que ganaron sus concursos el año pasado para ingresar a la Carrera del Investigador, pero todavía no ingresaron”, apuntó Nuria Giniger, secretaria general de la Junta Interna de ATE Conicet en la ciudad de Buenos Aires.
Tenemos casi 1.000 trabajadores que ganaron sus concursos el año pasado para ingresar a la Carrera del Investigador, pero todavía no ingresaron”Nuria Giniger, secretaria general de la Junta Interna de ATE Conicet en la ciudad de Buenos Aires.
“En el marco del desastre que este Gobierno está haciendo con la ciencia y la tecnología argentina, los trabajadores y trabajadoras de la ciencia hoy mostramos que estamos totalmente dispuestos a defender nuestro sistema público de ciencia”, remarcó Giniger a Somos Télam después de que finalizó el acto central con una concurrencia masiva.
Además, la delegada de ATE Conicet advirtió que el sistema científico nacional tiene “un problema presupuestario muy serio que se articula con el problema presupuestario de las universidades”.
“Así que el 23 vamos a confluir con la marcha universitaria, que creemos que va a ser enorme y que va a ser un momento más para decirle al Gobierno que termine con esta política de destrucción de la soberanía del Estado nacional y de los derechos”, concluyó.