El Presidente declaró que difundió el tuit de la criptomoneda porque es “un tecnooptimista” al que le interesa impulsar los temas tecnológicos, pero aclaró que no la promocionó, y consideró que a partir de este hecho deberá “levantar murallas para que no sea tan fácil que cualquier persona llegue a él”. “Me comí un cachetazo. Siempre he obrado de buena fe y voy a seguir haciendo lo mismo”.
El mandatario aclaró que el Estado «no jugó ningún rol» en la polémica y que en principio el proyecto de trader Hayden Davis le pareció una herramienta interesante para financiar a los emprendedores argentinos que se encuentran en la informalidad.
Aclaró que no hubo 44 mil personas afectadas sino 5 mil y que en su gran mayoría son chinos y estadounidenses, y reafirmó que los que accedieron a la criptomoneda lo hicieron de manera voluntaria y de manera consciente. La chance de que haya argentinos afectados «es muy remota».
En ese marco, el Presidente calificó la clase política que lo cuestionó como rastrera y miserable por pretender utilizar este tema para hacerle daño al Gobierno.
Milei pidió que lo investiguen, aseguró que no tiene nada que ocultar y reconoció que se comió “un cachetazo”.
«No tengo ningún problema de venir y dar la cara», sostuvo, y admitió que había asumido un compromiso, y que «los compromisos hay que cumplirlos» pero señaló que luego comenzó a ver que había algún ruido y se dio cuenta de que tenía que borrar el tuit.
«Tarde o temprano va a quedar la verdad en evidencia. Saben que las encuestas les dan muy bajo, y que la economía está en franca recuperación y ellos van camino a la extinción».
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