Dieciocho personas murieron y 1.282 fueron diagnosticadas con coronavirus en las últimas 24 horas en Argentina, con lo que ascienden a 833 los fallecidos y 31.577 los infectados desde el inicio de la pandemia, en un contexto en que el presidente Alberto Fernández consideró que la pandemia «ha tomado un ritmo de contagios que debe preocuparnos» en lugares como el AMBA, donde se ve un «relajamiento social» peligroso.
En tanto, el Ministerio de Salud de la Nación informó que del total de los casos, 1.022 (3,2%) son importados, 12.386 (39,2%) son contactos estrechos de casos confirmados, 12.167 (38,5%) son casos de circulación comunitaria y el resto se encuentra en investigación epidemiológica.
En cuanto a los fallecimientos, la cartera sanitaria informó en su reporte vespertino que fallecieron 11 hombres, cinco residentes en la provincia de Buenos Aires de 89, 95, 50, 66 y 51 años; tres residentes en la Ciudad de Buenos Aires de 73, 62 y 58 años; y dos residentes en la provincia de Chaco de 71 y 83 años; y uno de 66 años, residente en la provincia de Córdoba
Además, murieron tres mujeres, una de 93 años, residente en la provincia de Buenos Aires; una de 52 años, residente en la ciudad de Buenos Aires; y una de 32 años, residente en la provincia de Chaco.
El parte matutino consignó que se registraron cuatro nuevas muertes: una mujer, de 61 años, residente en la provincia de Buenos Aires; y tres hombres, dos residentes en la provincia de Buenos Aires de 59 y 78 años; y uno de 75 años, residente en la Ciudad de Buenos Aires.
Mientras tanto, el presidente Alberto Fernández consideró hoy que la pandemia de coronavirus «ha tomado un ritmo de contagios que debe preocuparnos» en lugares como el AMBA, donde, advirtió, se ve un «relajamiento social» peligroso.
El primer mandatario se mostró partidario de «restringir» la utilización del transporte público y las salidas a correr autorizadas por el gobierno porteño, tras expresar su «preocupación» por la concentración de gran cantidad de personas que se vio en parques y plazas de la Ciudad de Buenos Aires, por la flexibilización del aislamiento.
En diálogo con Radio 10 y Radio Rivadavia, el Presidente además recalcó que él tiene «mucho cuidado» y toma las precauciones necesarias para evitar contagiarse el virus, y lamentó que haya «una campaña que lo que busca es hacerle sentir a los argentinos que el Presidente no respeta lo que le pide a la gente que respete».
En este sentido, el jefe de gabinete de la provincia de Buenos Aires, Carlos Bianco, advirtió hoy que el incremento en la circulación de personas en AMBA a partir de la apertura de comercios e industrias «ha redundado en un aumento de casos» de coronavirus en los últimos días, y aseguró que desde la gobernación analizan «si se puede continuar de esta forma» o si será necesario dar «un paso atrás».
Por su parte, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, aseguró que la política de su cartera en los próximos tiempos estará orientada hacia «un equilibrio» entre la «asistencia y contención alimentaria» y la aplicación de medidas que «potencien el trabajo como herramienta principal», de inclusión social.
En tanto, el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, dijo hoy que «nos enfrentamos al desafío de reorganizar el año y preparar la escuela para sostener el distanciamiento social» que evite el contagio de coronavirus, y consideró que los alumnos podrían retornar a las aulas en seis semanas en casi todo el país, excepto en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Por otra parte, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza, adelantó que serán presentados a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) dos nuevos instrumentos de diagnóstico desarrollados por científicos del Conicet y las universidades nacionales: otro test de virus basado en una estrategia diferente de detección -la «edición génica»- y un kit de diagnóstico del tipo «PCR», es decir, la prueba de RNA, desarrollado localmente.
En el plano global, los principales países de Europa iniciarán mañana una fase de integración, caída de barreras fronterizas, reaperturas de comercios y paulatino retorno a clases que pretende ser una vuelta de página a la pandemia del nuevo coronavirus.
En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) volvió a marcar una cifra récord de casos en las últimas 24 horas, con más de 142.000, mientras el acumulado global ascendía a 7,69 millones.
Los fallecidos sumaban 427.630, de los que 4.925 se reportaron en la última jornada.
Irán se sumó hoy a India y Rusia con gravosos registros de muertes, mientras en Sudamérica Chile, Perú y Brasil mantenían altas cifras de contagios y fallecimientos.
En Chile, el Ministerio de Salud informó que en las últimas 24 horas se produjeron 6.938 nuevos contagios y 222 muertes, cifras que elevaron el total de fallecidos a 3.323 y el de contagiados a 174.293.
Perú contabilizaba hoy 229.736 casos confirmados (4.601 en las últimas 24 horas), de los cuales 6.688 murieron.
En Europa, España abrirá sus fronteras a los países de la Unión Europea (UE) el domingo próximo, anunció hoy el presidente Pedro Sánchez.
Alemania, en tanto, abrirá sus fronteras con el resto de la UE a partir de mañana mediante la eliminación de los controles fronterizos instaurados hace tres meses.
En Francia, el presidente Emmanuel Macron anunció hoy que los colegios del país deberán prepararse para recibir a partir del lunes 22 a «todos los alumnos de manera obligatoria y en condiciones normales» hasta el final del curso.
El Reino Unido avanzará mañana en la reapertura de comercios y vuelta a clase de algunas escuelas secundarias.
Italia también comenzará desde mañana con la reapertura de los lugares de entretenimiento como cines, teatros, conciertos y salas de celebración de bodas, con algunas diferencias entre regiones.
Italia registró 44 muertos por Covid-19 y 338 nuevos contagiados en las últimas 24 horas, según el último balance publicado por Protección Civil.
Lisboa se sumará mañana a la «nueva normalidad» que ya se inició en el resto de Portugal. Sin embargo, los brotes de coronavirus detectados en la periferia de Lisboa interrumpieron el optimismo de Portugal, un país de 10 millones de habitantes.