La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, afirmó hoy que el objetivo de su cartera es lograr «vagancia cero en las cárceles», tras haber lanzado esta semana el programa «Manos a la Obra, construyendo una sociedad segura», que tiene como objetivo que todos los reclusos cumplan tareas laborales, y anticipó que en los próximos días se presentarán los resultados de una auditoría que detectó fraudes entre los detenidos que cobraban aún sin realizar trabajos.
«Es un proyecto en el que rescatamos una doctrina de nuestra Constitución y del Código Penal, que dice que los presos tienen que pagarse su propio alojamiento y que tienen que tenerlo en condiciones. Deben resarcir a la víctima, algo que vamos a hacer en los próximos días, y deben de guardar una parte de lo que ganan trabajando en las cárceles, el 30%, para al salir tener dinero», explicó Bullrich esta mañana en declaraciones a radio Mitre.
«Manos a la obra» es un programa que fue presentado esta semana por el ministerio de Seguridad y que implementará el Servicio Penitenciario Federal (SPF) en todo el país, que tiene como objetivo que todos los reclusos cumplan tareas laborales en las cárceles en las cuales se encuentran alojados, como una estrategia para la rehabilitación y reinserción social de las personas privadas de la libertad.
«El detenido no es una persona que tenga que cobrar por hacer las tareas de mantenimiento de la cárcel. Tiene que mantener su lugar de alojamiento sano y limpio, que esté en condiciones, pero estas tareas no van a ser pagas. Es una obligación de trabajar al menos 6 horas por día, sino trabajan en un taller o lugar de oficio», precisó la funcionaria quien consideró que «es una injusticia que quien cometió un delito tenga un salario mínimo como quien no cometió un delito».
«Nuestro objetivo es vagancia cero en la cárcel. No queremos más presos que se la pasan tirados en la cama, pensando cómo escaparse, o jugando a las cartas», aseveró Bullrich.
En esa línea, anticipó que el ministerio de Seguridad está terminando la realización de una auditoría que detectó «un fuerte fraude» entre los internos.
«En la cárcel cobraban todos, trabajaran o no, pero nosotros vamos a hacer un cambio muy fuerte, y que el preso le devuelva a la sociedad en resarcimiento a la victima, en tener cárceles limpias y sanas y con el objetivo de vagancia cero», concluyó.
La prueba piloto del programa «Manos a la obra» comenzó en el Complejo 4 de mujeres de Ezeiza, donde el personal penitenciario organizó un esquema para que las internas se encarguen del mantenimiento de los edificios.
Actualmente, se están terminando de pintar los interiores de las instalaciones para continuar con el exterior, y esto se replicará en todo el país.
A través de la resolución que lo creó, se implementa un sistema biométrico de control de asistencia destinado a registrar y monitorear la efectiva prestación de las actividades laborales de las personas privadas de la libertad.
En los considerandos de la medida que crea el programa, se señala que «en el marco del concepto de devolver a la sociedad argentina el daño causado y los recursos invertidos por el Estado Nacional al momento de efectuar un tratamiento penitenciario efectivo, se hace necesario realizar una contraprestación laboral real por parte de la totalidad de la población penitenciaria en cualquier instancia de alojamiento que se encuentren los reclusos, en pos de la seguridad y el orden públicos».
«De acuerdo a lo establecido en el artículo 18 de la Constitución Nacional Argentina, las cárceles serán sanas y limpias para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, lo que denota que es fundamental para una adecuada reinserción social, generar una cultura de trabajo y de la responsabilidad resarciendo el daño cometido a la sociedad», señala.
En una primera etapa, «Manos a la obra» busca impulsar acciones que «fomenten la adquisición de habilidades laborales a través de la formación en oficios, como una estrategia fundamental para la rehabilitación y reinserción social de las personas privadas de la libertad».