El sueño de establecer una colonia humana en Marte no parece ya tan lejano. La última de las ideas en cuanto a potenciales bases en la superficie del planerta rojo se encuentra actualmente en desarrollo en la universidad suiza École polytechnique fédérale de Lausanne (EPFL).
Este concepto se enfoca en la construcción de una estructura tipo iglú en el polo norte del planeta en cuyo diseño, el hielo y el polvo podrían cosecharse para suministrar agua, combustible y materiales de construcción para la futura base.
«Los polos pueden plantear más desafíos al principio, pero son la mejor ubicación a largo plazo, ya que albergan recursos naturales que podemos usar», dijo Marlene Rüede del EPFL en un comunicado.
Las estructuras modulares del diseño de este iglú -un núcleo, cápsulas y una cúpula- se construirían de antemano con robots de materiales in situ. El domo sellado a presión estaría recubierto de una capa de hielo de tres metros de espesor para aislarlo y protegerlo de los impactos de radiación y meteoritos, que son comunes en la superficie marciana.
Así es como iría la planificación de la misión. En primer lugar, los robots volarían solos a la región polar norte marciana para crear un pequeño espacio de vida para la tripulación y explorar los recursos naturales disponibles a nivel local. La tripulación vendría después.
Una vez que los espacios habitables y los sistemas de soporte vital estén en su lugar, los científicos prevé una tripulación humana de seis personas viajando al planeta durante el verano marciano, cuando la luz solar es abundante para la producción de energía solar (recordemos que el calendario marciano tiene más estaciones que el calendario de la Tierra, porque el año marciano dura 687 días terrestres).
Durante la segunda misión, los astronautas usarían una especie de sistema de grúas que orbitaría alrededor de Marte y movería equipos desde naves espaciales hacia la superficie del planeta. La tripulación pasaría unos nueve meses más desarrollando el hábitat artificial. Algunos suministros tendrían que ser enviados desde la Tierra, eso sí, y serían interceptados en la órbita de Marte por una nave espacial local impulsada por recursos marcianos.
Al igual que el diseño del campamento base de Marte de Lockheed Martin o el concepto de colonia de Marte de SpaceX, el hábitat diseñado por la EPFL pretende anticipar los mejores procedimientos para establecer una presencia humana a largo plazo en Marte. Sin embargo, aún está por ver qué proyecto será el finalmente elegido.
«Tendríamos que realizar una misión inicial para probarlo todo por primera vez», aclaró Rüede. «Y cuanto más se piense en la misión inicial, más rápido podremos hacer que las cosas funcionen y pasar a la colonización».
El estudio ha sido aceptado para su publicación en la revista Acta Astronautica. También se presentó la semana pasada en la conferencia International Tourism Talks of the Future en Vixouze, Francia.