Durante el verano de 2024, la temperatura en el Mediterráneo fue excepcionalmente alta. Un faro entre Niza y Cagnes-sur-Mer, en Alpes Marítimos, registró 30ºC.
Los climatólogos y biólogos se refieren cada vez más una ola de calor marina. Esta ola de calor, cada vez más frecuente e intensa, no solo se percibe en la superficie del agua. Durante sus inmersiones, un biólogo marino observa a diario las consecuencias del calentamiento global en la flora y la fauna marinas.
Julien Lopez-Pardo, técnico en biología marina asegura que «Hay una pérdida de biodiversidad, una pérdida de calidad ambiental. Los entornos tendrán una mayor tendencia a retroceder».
El calentamiento del mar influye en tierra
La temperatura del Mediterráneo se registra seis veces al día. El calentamiento que se observa es preocupante, porque las olas de calor en el mar también influyen en el clima en tierra, donde se convierten en la fuerza impulsora de las tormentas. En otoño, el agua cálida del mar se condensa y forma nubes. En 2022 se registraron temperaturas de 30ºC. Y como el Mediterráneo es un mar cerrado, se calienta un 20% más deprisa que otras masas de agua del planeta.
Otro experto oceanógrafo dice que el calentamiento del mar Mediterráneo provoca fenómenos meteorológicos extremos en tierra. Jean-Pierre Gattuso, biólogo marino y oceanógrafo,se refiere al agua caliente del mar que se condensa y se transforma en nubes: «Cuando las nubes se elevan, tenemos lo que llamamos episodios mediterráneos. En otras palabras, el aire se enfría de repente y ya no puede retener toda esa humedad. De repente, tenemos lluvias extremadamente intensas y repentinas, ¡que causan enormes daños!».
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente advierte que si la región mediterránea sigue calentándose, más de 500 millones de personas estarán en situación de riesgo.