Los anfibios no son ajenos al fenómeno de la pérdida global de biodiversidad, y son el grupo de vertebrados más amenazados a nivel mundial debido a que poseen ciertas características biológicas y ecológicas que los hacen sensibles a los cambios en el ambiente. Investigadores de la Universidad Nacional de La Plata analizan diferentes factores de estrés ambiental, que afectan el estado de salud de la “rana criolla”.

Científicos del Centro de Investigaciones del Medioambiente (CIM)  perteneciente a la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP y al CONICET especializados en ecotoxicología de anfibios, en colaboración con científicos del Instituto de Tecnología Agropecuaria (INTA), evaluaron el estado de salud de individuos adultos de Leptodactylus luctator (“rana criolla”) que habitan sitios alterados por diferentes actividades antrópicas en la región de La Plata: florihorticultura, industria petroquímica, descargas cloacales, además de un sitio sin influencia detectable de dichas actividades.  

El trabajo realizado en el marco de la tesis doctoral de Florencia Bahl consistió en colectar individuos adultos de la especie seleccionada en cada uno de los sitios de estudio, y medir 21 parámetros que incluyeron 4 parámetros individuales, 14 parámetros hematológicos y 3 parámetros bioquímicos. 

La Doctora Bahl explicó: “Entre los parámetros más importantes que evaluamos se encuentran el índice de condición corporal que sirve para estimar la reserva energética que presenta un individuo; el índice hepatosomático, que nos brinda información sobre la función del hígado; los parámetros sanguíneos que son quizás los más conocidos porque están incluidos en nuestros exámenes clínicos  de rutina (hematocrito, hemoglobina, recuentos de glóbulos blancos, plaquetas, etc) que nos indican, por ejemplo, si un individuo presenta anemia o policitemia, y también nos dan información sobre la respuesta del sistema inmune frente a la exposición a los diferentes factores de estrés; y, por último, los parámetros bioquímicos que incluyen la actividad de tres enzimas: glutatión S-transferasa (GST), catalasa (CAT) y acetilcolinesterasa (AChE)”. 

“La observación de las respuestas biológicas a diferentes niveles nos permitió realizar una interpretación integral de los resultados para diagnosticar el estado de salud de las ranas y relacionarlos con los factores de estrés a los que están expuestos los organismos”.

Todos los datos obtenidos fueron analizados y se realizó una interpretación integral de los resultados lo que permitió diagnosticar el estado de salud de las ranas.

Los cambios observados en los parámetros evaluados proporcionaron información importante sobre cómo los organismos responden ante la exposición a diferentes factores de estrés y cómo estos interfieren en distintos procesos y afectan el estado de salud de los individuos. 

“De manera general, pudimos determinar que los individuos provenientes del cinturón florihortícola, la industria petroquímica y la zona de descargas cloacales presentaron (en diferente magnitud) un aumento de los glóbulos blancos (neutrófilos, eosinófilos, basófilos, monocitos, linfocitos), lo que significa una movilización del sistema inmunológico en respuesta al estrés (infecciones, parasitosis, etc); y un aumento de hemoglobina y/o hematocrito, lo que se traduce en un aumento de la capacidad de transporte de oxígeno para satisfacer las demandas metabólicas de órganos como el hígado y los riñones para aumentar la desintoxicación frente a la exposición continua a contaminantes. Por otro lado, presentaron de manera diferencial, un aumento o disminución del tamaño del hígado y de las actividades enzimáticas en hígado, riñón y plasma lo que indica afecciones diferentes en cada caso”, agregó la científica de la UNLP.

De esta manera, se pudo comprobar que el estado de salud de los individuos de L. luctator se vio afectado negativamente, siendo las ranas de la industria petroquímica las más afectadas, con el hígado y los riñones como los órganos más comprometidos, presentando el hígado reducción de su tamaño, lo que estaría relacionado  con la disminución de la síntesis de compuestos asociados a las enzimas evaluadas tanto en hígado como en riñón, involucradas en procesos de eliminación de xenobióticos (GST) y en la defensa antioxidante (CAT); seguidas de las ranas del sitio de descargas cloacales, con el hígado como órgano más afectado, presentando hipertrofia (aumento de tamaño), lo que junto con el  aumento de la actividad GST en hígado nos indica una respuesta para aumentar la desintoxicación frente a la exposición a xenobióticos.

 Finalmente las ranas del  sitio de florihorticultura presentaron el menor aumento de glóbulos blancos, pero se evidenció un menor tamaño del hígado, lo que podría estar implicado en la reducción de síntesis de diversos compuestos relacionados con la producción de enzimas, y otros compuestos. 

“Por otro lado, pudimos identificar que 11 de los 21 parámetros evaluados fueron indicadores útiles y sensibles del estado de salud de las ranas, y por lo tanto se propusieron para ser utilizados en futuros estudios para este tipo de evaluaciones en diferentes especies” concluyó Bahl. 

Como aporte significativo de este trabajo, es importante mencionar que 9 de los 11 parámetros seleccionados como indicadores sensibles del estado de salud de los individuos de esta especie, corresponden a parámetros que pueden medirse sin necesidad de sacrificar a los individuos, mediante la toma de una muestra de sangre. Esto destaca la línea de investigación que se pretende seguir, junto a otros miembros del grupo de trabajo, basándonos en los principios del bienestar animal.

La investigación fue recientemente publicada en la revista científica Science of the total environment, titulado “Integration of a battery of biomarkers to evaluate the health status of field-collected frogs of Leptodactylus luctator living in ecosystems with different anthropogenic disturbances”