La cúpula de la Policía Bonaerense en Mar del Plata fue desplazada tras el crimen de Cristian Velázquez, el kiosquero que fue asesinado durante un intento de robo.
Según informaron fuentes policiales a la Agencia Noticias Argentinas, la medida dispuesta por el titular de la Policía Bonaerense, comisario general Javier Villar, fue la de remover de la Jefatura Departamental al comisario mayor, Luis Senra, y a toda la estructura de «seguridad» de la ciudad balnearia.
Senra fue sustituido por el comisario mayor Edgardo Vulcano, quien se desempeñaba como jefe del Departamento Asuntos Extranjeros, Migraciones y Culto de la Policía Bonaerense.
Vulcano ya tuvo funciones en Mar del Plata en la Comisaría 1a, lo cual le otorga un conocimiento de cómo es el movimiento de la ciudad en su sector más transitado.
Junto con este cambio llegan también la remoción del segundo jefe Julián Bonoldi, cargo que ahora recaerá en el comisario Germán Gauna, y del Comando de Patrullas, de la cual se hará responsable Adrián Arizala en lugar de Miguel Leguizamón, según adelantaron fuentes del Ministerio de Seguridad.
Sin embargo, el funcionario que seguirá en el cargo es el titular de la DDI, comisario mayor Juan Lucero.
Cristian Velázquez fue asesinado de un disparo durante un intento de robo cometido por dos ladrones en su comercio del barrio Peralta Ramos Oeste.
El kiosquero había sido víctima entre cuatro y seis ocasiones y esta vez, según a los primeros datos obtenidos por los investigadores, dos delincuentes entraron al negocio donde
trabajaba y le dispararon en la cabeza, después de que el hombre intentó resistirse con gas pimienta, como había hecho en abril del año pasado.
Momentos después, los asaltantes se escaparon sin consumar el robo, a bordo de una motocicleta de baja cilindrada y, de acuerdo a las imágenes que tomaron las cámaras de seguridad, fugaron por la avenida Peralta Ramos y doblaron en Irala, pero luego se habría perdido el rastro.
Por el hecho, un hombre, apodado «Nacho», fue arrestado en en la puerta de su domicilio en la calle Cuba al 3000 del barrio Pueyrredón, mientras que hay otro sospechoso identificado sobre el que pesa un pedido de captura y que sería conocido como «El Guachín».
El damnificado afirmó al diario La Capital de Mar del Plata la última vez que fue asaltado: «Sentí que me podían haber matado. Me salvaron los paquetes de chicles».
Velázquez sostuvo que los vecinos «se acostumbraban a que pasen los robos a cada rato» y añadió que «se sienten solos»: «No hay seguridad».