Agentes de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires dispararon hoy granadas de gas lacrimógeno y balas de goma sobre hinchas que pugnaban para llegar a la despedida de Diego Maradona en la Casa Rosada, lo cual llevó al Gobierno nacional a exigir a las autoridades porteñas que cese de inmediato la represión.
El Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta replicó al de Alberto Fernández y dijo que la policía local solo «colaboró», porque el velorio «fue organizado por el Gobierno nacional».
Los incidentes se produjeron cerca de las 14 en el cruce de la Avenida de Mayo y Nueve Julio, donde se estableció el primer retén de acceso al velatorio y la policía se enfrentó con los hinchas, con un resultado de heridos y detenidos.
«Le exigimos a Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli que frenen ya esta locura que lleva adelante la Policía de la Ciudad», escribió en su cuenta de Twitter el ministro de Interior, Eduardo De Pedro,.
«Este homenaje popular no puede terminar en represión y corridas a quienes vienen a despedir a Maradona», añadió.
El Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Sabina Frederic, por su parte, aclaró en un comunicado que «ninguna de las fuerzas» a su cargo «ha dado ni recibido orden alguna de ejercer la violencia sobre las personas que se encuentran en las inmediaciones ni adentro de la Casa Rosada».
Horas más tarde, el vicejefe de Gobierno y ministro de Seguridad porteño, Diego Santilli, replicó las afirmaciones de De Pedro.
«¿Por qué no salimos antes?» a responder, se preguntó Santilli, y aseveró que fue «por respeto a la memoria de Diego y al dolor que su familia y millones de personas están atravesando en este momento».
«El Gobierno Nacional organizó la despedida del más grande de todos los tiempos. El trabajo de la Policía de la Ciudad fue colaborar y trabajar en conjunto como siempre», afirmó.
Y reclamó: «No politicen uno de los días más tristes para los argentinos».
Los primeros incidentes se registraron cerca de las 14, cuando la Policía de la Ciudad cortó el paso de los seguidores de Maradona en la intersección de Bernardo de Irigoyen y Avenida de Mayo.
Los disturbios se trasladaron más tarde al sector vallado, comprendido entre ese punto y la Casa de Gobierno, y en la Avenida 9 de Julio, donde hubo corridas y los manifestantes tiraron abajo vallas que ordenaban la fila para acceder al velatorio del astro de fútbol.
Los incidentes fueron reprimidos por efectivos de la Policía de la Ciudad con gases lacrimógenos y balas de goma y manifestantes resultaron con heridas, mientras que otros fueron detenidos.
El diputado nacional del Frente de Todos Leopoldo Moreau aseguró en su cuenta de la misma red social: «Fue una provocación montada por la policía de la ciudad».
«Armaron una encerrona y reprimieron sin motivo», denunció el legislador.
El Ministerio de Seguridad de la Nación aseguró que es «absolutamente falso» que las fuerzas policiales y federales de seguridad hayan recibido la orden de «reprimir ni de participar de la represión desatada en la zona de la Avenida 9 de Julio», ya que «es jurisdicción de la policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires».
Asimismo, remarcó que la Policía de la Ciudad de Buenos Aires es «la que posee la responsabilidad primaria del operativo».
En ese sentido, sostuvo que el ministerio constituyó un comando unificado de sus cuatro fuerzas, Gendarmería Nacional Argentina (GNA), Prefectura Naval Argentina (PNA), Policía Federal (PFA) y Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), «de modo de colaborar con las necesidades que Ciudad y Casa Militar solicitaran».
Detalló que el comando dispuso que la PFA controle el ingreso a la Casa Rosada, la PSA el vallado de ingreso y la GNA «conteniendo, de manera preventiva, si había alguna necesidad de refuerzo de las demás fuerzas federales».
«Deslindamos de responsabilidad a las Fuerzas Policiales y de Seguridad Federales de los incidentes registrados», insistió el Ministerio y agregó: «Los mismos han sido generados por la policía de la CABA».
Incluso, advirtió que si algún miembro de las fuerzas federales «hubiera ejercido algún acto contrario a las órdenes dadas» por esa cartera «será investigado, sumariado y puesto a disposición de aquello que determine la investigación que se le inicie».
«Los desmanes generados por la policía de CABA produjeron una presión» sobre las personas que estaban esperando para ingresar a la Casa Rosada, por lo que para evitar que sufrieran asfixia, aplastamiento o contusiones se decidió correr las rejas, explicó también la cartera de Seguridad.
Por eso -apuntó- «una vez que la presión empezó a ceder», se retomó «su despliegue preventivo» para reiniciar el acceso al velatorio.
Apenas 30 horas después de su muerte, los restos de Maradona quedaron en el Cementerio Jardín de Bella Vista, a 40 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, tras un recorrido del cortejo fúnebre que fue acompañado en toda su extensión por los simpatizantes, tanto en las calles, en la autopista y desde los balcones de los edificios que vieron pasar a su ídolo por última vez.