Cada 21 de junio, coincidiendo con el solsticio de verano, Europa celebra el Día Europeo de la Música, una festividad que transforma calles y plazas en escenarios abiertos donde músicos de todos los géneros comparten su arte con el público. Esta jornada, que promueve la diversidad musical y el acceso gratuito a la música, se ha convertido en un símbolo de la unión cultural en el continente.​

Origen y evolución
La idea de celebrar la música en el solsticio de verano fue propuesta por el músico estadounidense Joel Cohen en 1976. Sin embargo, fue en 1982 cuando, bajo la iniciativa del Ministro de Cultura francés Jack Lang y el compositor Maurice Fleuret, se oficializó la Fête de la Musique en Francia. Tres años después, en 1985, la celebración se expandió a nivel europeo, consolidándose como el Día Europeo de la Música.​

Objetivos y principios
El Día Europeo de la Música busca democratizar el acceso a la música, permitiendo que tanto músicos profesionales como aficionados se expresen libremente en espacios públicos. La celebración se basa en principios de gratuidad, apertura a todos los géneros musicales y participación voluntaria, fomentando la inclusión y la diversidad cultural.​

Celebraciones actuales
Hoy en día, más de 120 países y 700 ciudades participan en esta festividad, organizando conciertos gratuitos, talleres y actividades culturales. En lugares como Jerez, España, se celebran conciertos al aire libre, como el del artista David DeMaría en la Alameda Vieja, promoviendo la música como un lenguaje universal que une a las personas. ​