El célebre escritor norteamericano de clásicos como «A sangre fría» y «Desayuno en Tiffany’s», Truman Capote, dejó tras su muerte en 1984 un historial de obras inacabadas e inéditas, como «Otro día en el paraíso» que saldrá este mes a la luz y aparece en el nuevo número de The Strand Magazine.
Gran parte de la ficción de Capote fue concebida en Nueva York o en el sur de Estados Unidos, pero «Another Day in Paradise» tiene el ritmo fácil, el lenguaje rico y el humor cruel que caracteriza su obra. En este texto, aborda los temas que más lo convocan: la soledad, el miedo y el arrepentimiento.
El jefe editorial de la publicación, Andrew Gulli, encontró la historia de Capote en la Biblioteca del Congreso dentro de un «viejo cuaderno florentino con volutas rojas y doradas». Pese a que por momentos el manuscrito realizado a mano y a lápiz resultó difícil de interpretar, la obra ya está disponible en la revista para descubrir un nuevo texto de la vasta producción de Capote.
«Otro día en el paraíso» es una obra que emerge en un momento de relativa satisfacción para Capote, sin embargo relata una desilusión en un entorno asfixiante desde el punto de vista de una heredera estadounidense de mediana edad, Iris Greentree, quien utiliza su fortuna -pequeña porque su madre no le confiaba dinero- para comprar una villa en Sicilia.
Un día Greentree es traicionada por el hombre -Carlo Petruzzi- que la convence de invertir su dinero. La protagonista queda tan arruinada que no puede vender la casa y regresar a Estados Unidos.
«El pasado la había entrenado para imaginar una aventura desde un ángulo sin futuro; a lo sumo esperaba que esos episodios terminaran en amistad. Fue tan humillante que Carlo no resultara ser un amigo. Ella había confiado en él hasta el límite de su capital: le dejó venderle el terreno, le permitió construir la villa, suministrarle, a precios de pirata, los objetos locales con la que la había abastecido», se lee en el texto.
El autor caracteriza a Petruzzi como un «delincuente emocional y, más allá de eso, un gánster común que se había embolsado al menos la mitad del dinero supuestamente gastado en Belle Vista».
«Ella podía perdonar todo esto; podía, pero no lo hizo. El aspecto imperdonable del comportamiento del hombre espantoso fue que había destruido el significado de estas líneas de su diario: ‘Pertenezco. Por fin, en alguna parte'», escribió Capote, consigna el Diario Mx.
Thomas Fahy, autor de «Entendiendo a Truman Capote», analiza que el autor probablemente se identificó con la sensación de desplazamiento de Iris Greentree, al señalar que «cuando era niño, se mudaba constantemente, de Nueva Orleans a Alabama, de Nueva York a Connecticut» y agrega: «Se podía ver cómo su vida se volvió muy solitaria y aislada».
Con tan solo veintipico de años, Capote ya era una estrella de las letras en potencia. Cuando se trasladó de Nueva York a Taormina (Sicilia) en 1950, se instaló en una cálida villa llamada Fontana Vecchia, ocupada durante el día por D.H. Lawrence.
Capote describiría este traslado como una «escapada necesaria del panorama literario estadounidense», que comparaba con vivir dentro de una bombilla. En tierras italianas, el escritor produjo la novela «El arpa de hierba» y trabajó en numerosos relatos cortos. «Estoy muy contento de volver a escribir cuentos, son mi gran amor», escribió a un amigo.
The Strand ya había publicado anteriormente textos extraños de Hemingway, John Steinbeck y muchos otros autores pero nunca de Capote.