El Senado bonaerense aprobó y giró a Diputados una reforma integral de la Justicia Laboral, que busca triplicar la capacidad operativa del fuero al convertir en juzgados unipersonales los actuales tribunales, al tiempo que crea una instancia de apelaciones, que hasta ahora no existía.
El proyecto, enviado por el Gobierno en abril, fue aprobado por unanimidad, incluso con el acompañamiento de Unidad Ciudadana y el bloque del PJ, que al principio del debate habían mostrado sus reparos a la reforma. Desde Cambiemos destacaron que para llegar a esta instancia se hicieron «más de 60 cambios».
La iniciativa modifica sustancialmente la Ley de Procedimiento Laboral, y forma parte del paquete de reforma judicial que la gobernadora María Eugenia Vidal envió a principios de año a la Legislatura. El punto central de la propuesta pasa por transformar los actuales tribunales de Trabajo en juzgados unipersonales. Es decir, que se triplicará la capacidad operativa del fuero al pasar de salas compuestas por tres jueces a otras donde el proceso será atendido por un solo magistrado.
Además, se crea una instancia de apelación propia, una novedad absoluta para el fuero laboral, donde actualmente una sentencia desfavorable solo puede ser recurrida ante la Suprema Corte, que no siempre recoge los pedidos de las partes. De este modo, cualquier decisión de los nuevos juzgados laborales podrá ser apelada ante una instancia superior, antes de llegar al máximo tribunal.
Cambiemos logró la aprobación del expediente tras una dura negociación en el Senado, que se demoró durante cinco meses. Pero las oposiciones más fuertes al proyecto de Vidal no llegaron de adentro de la cámara, sino de la propia Justicia, que remarcó varias inconsistencias e incluso advirtió sobre posibles inconstitucionalidades.
El reclamo llegó hasta la Suprema Corte, que advirtió a través de un extenso informe que la reforma del fuero costaría $ 1.000 millones anuales y la incorporación de mil nuevos agentes. Además, desde diferentes asociaciones judiciales advirtieron sobre la creación de una instancia de revisión de los fallos dentro de la Cámara Civil y Comercial, contemplada en el proyecto original.
Esto llevó al oficialismo a ampliar los plazos de implementación del proyecto: según el texto que se aprobará esta tarde, la reforma entrará en vigencia a partir de 2020, y su implementación, por etapas, demandará cinco años.
El fuero laboral de la provincia es uno de los más congestionados en un sistema judicial siempre al borde del colapso: solo en 2016 ingresaron 66 mil causas, y el promedio de tramitación de cada una oscila entre los dos y tres años.
El nuevo sistema, calculan en Gobernación, acelerará los tiempos, no solo porque se multiplican por tres las «ventanillas» de recepción de demandas, sino porque, al ser un solo juez el encargado de llevar las causas, se evitan las demoras en la integración del tribunal, todo un dolor de cabeza para la parte litigante.
El senador oficialista Juan Pablo Allan, defendió el proyecto al sostener que el actual sistema «hoy no cumple su función, tarda demasiado en la resolución de conflictos y los que más pierden son los trabajadores». En tanto, tras remarcar que el promedio de tratamiento de causas es de 3 años y medio, sostuvo que con los cambios, «donde había un juzgado, va a haber tres jueces para que este cúmulo de causas sea tratada con los mismos recursos, pero por tres».
Por su parte, el jefe del bloque de senadores de Cambiemos, Roberto Costa, destacó «el trabajo realizado entre todos los bloques para poder contar con una iniciativa que representa todas las voces y sin dudas, genera un beneficio importante para quienes tengan que atravesar por un proceso de esta naturaleza, cargándolo de más garantías».
Desde la oposición, en tanto, la titular de Unidad Ciudadana, Teresa García, cuestionó algunos puntos de la reforma, aunque su bancada finalmente acompañó el proyecto. Al mencionar el informe de la Suprema Corte sobre los gastos que demandarán los cambios en el fuero, sostuvo que «en la situación crítica que atraviesa el país queremos dejar en claro que para que estos cambios realmente se lleven a cabo hacen falta esa cantidad de recursos económicos que esperamos que estén contemplados en el Presupuesto 2019, porque de lo contrario habrán sido solo buenos deseos».