La Cámara de Se adores bonaerense intentará sancionar mañana el proyecto de desarrollo productivo y fomento de inversiones que fue elevado por el Gobierno de la provincia de Buenos Aires y que aprobado el 25 de septiembre pasado por Diputados.
El texto fue enviado por el Poder Ejecutivo bonaerense a la Legislatura el pasado 11 de septiembre, pero no pasó por comisiones, por lo que el oficialismo impuso dos tercios de los votos para habilitar el tratamiento en el recinto, donde logró la aprobación por mayoría simple.
Durante el debate en Diputados, la iniciativa recibió el rechazo de la bancada del PRO, el PRO-Libertad, La Libertad Avanza (LLA) y la izquierda, en tanto que la UCR-GEN, la Coalición Cívica, la UCR + Cambio Federal y Unión Renovación y Fe se abstuvieron de votar.
«El Régimen de Fomento para Inversiones Estratégicas en la Provincia de Buenos Aires es un proyecto que responde a un capricho ideológico del gobernador» Axel Kicillof, planteó Agustín Forchieri, quien conduce el bloque del PRO en la provincia de Buenos Aires.
«Advertimos que este proyecto deja en manos del Poder Ejecutivo la discreción total para decidir qué inversiones serán beneficiadas y bajo qué condiciones. En lugar de incentivar, castiga a quienes más invierten», subrayaron desde el bloque al rechazar el proyecto.
Además, advirtieron que «este régimen, que llega tarde y resulta la antítesis del RIGI que presentó el Gobierno Nacional y aprobó el Congreso, solo genera más incertidumbre. En lugar de atraer inversiones, las ahuyenta, como también las oportunidades de empleo y desarrollo para la provincia».
En la misma línea, el bloque PRO Libertad -que conduce Daniel Compagnoni- sostuvo que «no se entiende por qué no tomaron el proyecto nacional para que se adecúen las inversiones, hoy lo que aprobamos va totalmente en contra. Esto no es un RIGI porque no promueve inversiones, por eso lo vamos a rechazar».
A la vez, la UCR se abstuvo de votar, y al ratificar su posición, el presidente del bloque, Claudio Frangul, dijo: «Se están cambiando las reglas de juego que hacen imposible la inversión».
Al mismo tiempo, sostuvo que para un inversor «es inviable invertir ante este nivel de agresión que existe en la política argentina donde constantemente -sobre todo entre- el gobernador (Kicillof) y el presidente (Javier Milei) se tiran con munición gruesa».
Al elevar el proyecto, el gobernador Kicillof había planteado que el régimen acompaña a quienes «invierten para generar valor agregado y empleo de calidad, apunta a generar proveedores locales, a incluir tecnologías, a diversificar la matriz productiva, a aumentar y sustituir importaciones, y a generar equidad».
Desde el Gobierno bonaerense se explicó que el ingreso de los proyectos al régimen de inversión se analizará para su aprobación o rechazo «en base a su contribución al desarrollo productivo, económico y social de la provincia» y se puntualizó que el plazo para presentar las propuestas será de dos años a partir de la entrada en vigencia de la norma.
Los proyectos elegibles serán aquellos de radicación de plantas o inversiones nuevas, ampliación de planta o de instalaciones existentes; habrá exenciones fiscales parciales sobre los impuestos de Ingresos Brutos, Inmobiliario y Sellos; y se les brindará estabilidad fiscal de hasta 30 años a quienes adhieran al régimen.
También se afirmó que los proyectos se segmentarán en tres grupos, de acuerdo al monto de la inversión (hasta 50 millones de dólares, mayores a 50 millones y menos de 200 millones) y se señaló que habrá beneficios adicionales en base al cumplimiento de determinadas condiciones como el incremento de los puestos de trabajo; la localización en zonas de ingresos bajos y parques industriales; las políticas de género; la innovación tecnológica; la sostenibilidad ambiental; la sustitución de importaciones y el incremento de las exportaciones.