Luego que el CEO de YPF, Horacio Marín, confirmara la semana pasada que la compañía malaya Petronas no construirá una planta regasificadora en Río Negro, el gobernador Axel Kicillof cuestionó al presidente Javier Milei, a quien acusó de mentir y sabotear el proyecto que en principio iba a instalarse en Bahía Blanca.
“Milei mintió. Dijo que la planta de GNL se haría en Río Negro, pero era solo una excusa para vengarse de la provincia de Buenos Aires y dinamitar un proyecto que llevaba más de una década de trabajo. El resultado: Argentina se quedó sin una inversión histórica de 50 mil millones de dólares y sin el desarrollo y el empleo que ese proyecto hubiera generado”, escribió Kicillof en la red social X.
De esta forma, el mandatario salió al cruce de la noticia que dio por tierra el proyecto que la compañía y la ciudad de Bahía Blanca venían trabajando desde hacía varios años, hasta que YPF decidió su mudanza a Río Negro.La decisión, como expresaron los expertos, era difícil de sostener a nivel técnico, y generaba sospechas de que todo pasaba más por una cuestión política debido al enfrentamiento de Milei con Kicillof.
“La planta se iba a hacer en Bahía Blanca, donde estaban todas las condiciones técnicas, logísticas y geográficas. Movido por odio, fanatismo ideológico y ánimo revanchista, el Presidente decidió sabotearla. El argumento fue que la provincia no adhirió al RIGI, pero ahora queda claro: nunca hubo intención real de hacerla en ningún lado. Fue todo una operación política. Una Mentira de Estado”, agregó el gobernador en un posteo con el título “Historia de una infamia”.
Según expuso, lo que movió todo fue el fanatismo personal del Presidente contra la provincia de Buenos Aires y contra el gobernador, algo que en definitiva terminó afectando la inversión en el país. “Se expulsó a un socio estratégico como Petronas y se destruyó un proyecto que hubiera fortalecido a la Argentina como potencia energética global. Resulta urgente dimensionar la gravedad de lo que se hizo, o mejor dicho se deshizo”, afirmó.
Cabe recordar que el proyecto original data de 2014, cuando Kicillofintegraba el directorio de YPF e inició gestiones con la petrolera estatal malaya Petronas, quien se perfilaba como socio en el emprendimiento, con un presupuesto estimado en 30 mil millones de dólares. Y si bien a comienzos de 2024 contaba con los estudios de impacto ambiental, los permisos gestionados, la ubicación asignada y se preparaba para iniciar la etapa de movimiento de suelos, la administración libertaria intervino y dio marcha atrás.
En ese contexto, YPF abrió la posibilidad de mudar el proyecto a la localidad de San Antonio, en la provincia de Río Negro, donde no hay un puerto en funcionamiento y las condiciones climáticas hacen la operación en ese punto mucho más compleja.
“El nivel de improvisación, desdén por el desarrollo y desprecio por el federalismo es tan grotesco como dañino. Se perdió una obra estratégica y una oportunidad histórica por una obsesión enferma de destruir lo construido, de vengarse de quienes no se arrodillan ante el delirio autoritario”, escribió Kicillof. Y cerró: “Este episodio revela el modus operandi del Gobierno ‘Nacional’: no planifica, no construye, no se preocupa por el desarrollo del país real. Solo vienen a ajustar, incendiar, estimular la especulación financiera y fomentar la división”.